El 23 de diciembre del año pasado, durante una jornada de anillamiento científico en el paraje natural de Soterranyes Baixes (Castellón) atrapamos un raro ejemplar de curruca capirotada con un leucismo muy acusado en buena parte de su plumaje. Aunque los datos bioquímicos fueron normales, no deja de resultar sorprendente el colorido de esta bonita curruca.
Nada sabemos de su sexo, pues dadas las circunstancias fue imposible determinarlo, pero sí pudimos deducir que, por su fase de muda y desgaste, era un ave de primer año.
En fechas más recientes, el pasado 6 de febrero, apareció en el puerto de Vinaros un ejemplar invernate de gaviota cabecinegra con rasgos asimismo de leucismo. Nadie había visto hasta la fecha un ejemplar de esta especie tan blanco. El leucismo o albinismo parcial es un fenómeno cada vez más frecuente entre las aves. Se trata de una alternación de la pigmentación de las plumas debida a causas genéticas y el porcentaje de ejemplares afectados depende de la rapidez de la mutación durante la embriogénesis. Lo curioso es que este tipo de alteraciones se detectan con mayor frecuencia allí donde las perturbaciones ambientales son más intensas y cuando las aves se ven sometidas a modificaciones importantes en su dieta.
REVISTA: Quercus, Abril 2018
Carolina Crespo Cruz