Probablemente, se alimentaba de pequeños artrópodos o invertebrados, a diferencia de las aves modernas de tamaño similar, que no tienen dientes y toman néctar como sustento. Este espécimen inusual arroja luz sobre la evolución de las primeras aves. Como explica Roger Benson, de la Universidad de Oxford, en un artículo que acompaña al estudio en la revista «Nature», el nuevo hallazgo ilustra cómo algunas de esas primeras aves evolucionaron de los dinosaurios para convertirse en miniaturas antes de lo que se creía. El tamaño de Oculudentavis es un sexto el del fósil de ave temprana más pequeño conocido.
«Esto indica que, solo poco después de sus orígenes al final del período Jurásico , las aves ya habían alcanzado su tamaño corporal mínimo. Comprender cuándo, cómo y por qué los limites inferiores del tamaño del cuerpo cambiaron de esta manera requiere un mayor conocimiento de las primeras aves fósiles y Oculudentavis es un trampolín para esto», estima el investigador.
Catalin Nicusor Pavel
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