Revista: Muy Interesante
Edición 404
Estamos rodeados de ondas electromagnéticas por todos lados
y a todas horas: sol, bombillas, televisión, WiFi, móviles, GPS… ¿Será bueno
para nuestra salud?
Personas como Ángela Jaén, de 65 años, se han llegado a
suicidar por síntomas de una enfermedad conocida como hipersensibilidad
electromagnética, causada por las ondas electromagnéticas de nuestro alrededor,
y que no está reconocida oficialmente. Sus síntomas, desde leves dolores de
cabeza a pérdidas de memoria, supuestamente causados por las ondas electromagnéticas,
han llevado al Juzgado de lo Social de lo Madrid a pagar una indemnización
mensual de 1600 euros y al reconocimiento de una incapacidad permanente y
absoluta a Minerva Palomar, otra afectada por esta enfermedad.
Numerosos estudios, como el realizado en 2013 por la
Universidad Complutense de Madrid, no han podido demostrar que las ondas electromagnéticas
de nuestro alrededor sean perjudiciales para la salud pero el temor sigue por
ahí. ¿Hay algún motivo para preocuparse?
El rumor comenzó en 1993, debido a la demanda interpuesta
por David Reynard contra GTE y NEC causada por el fallecimiento de su esposa
debido a un tumor cerebral situado en la parte de la cabeza cerca de la cual
sostenía el teléfono cuando llamaba. La demanda, aún desestimada por falta de
pruebas, dio lugar al terror entre los ciudadanos americanos. Aunque los
rumores fueron desmentidos por las compañías telefónicas, sus acciones cayeron
en picado e incluso hubo clientes que cancelaron sus contratos con estas,
debido a que los periodistas de grandes cadenas televisivas estadounidenses
como ABC emitieron aterradores informes sobre las radiaciones.
Sobre la radiación en menores el Journal of the National Cancer Institute declaró que las probabilidades en niños y adolescentes que usan el
teléfono de sufrir algún cáncer eran similares a las de aquellos que no lo utilizaban.
En conclusión: la falta de pruebas que demostraran una relación entre las ondas electromagnéticas y el cáncer deja sólo una puerta abierta a la hipersensibilidad electromagnética: el estrés.
Francisco Asensio 4ºA
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