Título: Dar sombra a la tierra
Especialidad: Física, ciencias.
Revista: National Geographic
Fecha: Octubre 2009
Resumen:
Si no frenamos el uso de combustibles fósiles, el calentamiento global se nos podría escapar de las manos. Algunos científicos proponen un plan B: un gigantesco parasol que enfríe el planeta.
Si no frenamos el uso de combustibles fósiles, el calentamiento global se nos podría escapar de las manos. Algunos científicos proponen un plan B: un gigantesco parasol que enfríe el planeta.
Algunos
científicos piensan que es una irresponsabilidad, otros que es una solución
necesaria. Pero la idea de combatir el calentamiento del planeta creando
intencionadamente un clima más frío, construyendo una especie de parasol
planetario, empieza a tener eco entre la comunidad científica.
Sin
proponérnoslo estamos modificando el clima y deberíamos hacer algo con el
propósito de detener el calentamiento del planeta según los geoingenieros.
El calentamiento
global demuestra que nuestro conocimiento de la tierra es demasiado escaso como
para que la ingeniería intervenga sin causar consecuencias imprevistas y
posiblemente desastrosas.
Caldeira se refiere a la forma más fácil y
barata de geoingeniería: construir un parasol en la estratosfera formado por
millones de toneladas de pequeñas partículas receptoras, por ejemplo, de
sulfato. Hay diversas formas de llevar las partículas a la atmósfera: Aviones,
globos aeroestáticos, cañones de buques de guerra. Y hay pocas dudas de que
este sistema pudiera enfriar la tierra, ya que los volcanes provocan un efecto
similar, según el geoingeniero Caldeira el coste de este sistemas sería
“prácticamente nulo comparado con el de otras medidas contra el cambio climático”.
Roger angel,
un eminente astrónomo y diseñador de telescopios de la Universidad de Arizona,
propone desviar la luz solar lanzando al espacio, entre la tierra y el sol, billones de nitruro de silicio de un metro de diámetro y más
finos que un pañuelo de papel.
Angel
reconoce que este ingenio requería décadas y costaría billones de euros. En
este tiempo y con este dinero podríamos prescindir de los combustibles
fósiles
y resolver el problema del clima.
Si
lanzáramos el parasol sin haber frenado las emisiones y el parasol fallara, el
accidente climático sería fatal: el calentamiento que habríamos estado
encubriendo se cerniría sobre nosotros de golpe.
Ésta puede
ser la peor consecuencia de la geoingeniería, pero podría haber otras, como
posibles daños en la capa de ozono o un incremento de la sequía. Sin embargo,
si el CO2 sigue aumentando, podríamos tener que enfrentarnos a mayores
emergencias. Y nuestros peores presagios podrían hacerse realidad.
David Sánchez Ruiz 4ºA
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