Título: Pingüinos reales. Cada ave un rey
Especialidad: Biología
Revista: Nathional Geographic
Fecha: Octubre 2009
Resumen:
Año tras año, cuando llega la época de cría, en verano, multitud de pingüinos reales,se apoderan de la isla de Poseidón, en el Hemisferio Sur.
Estas aves tan ágiles y veloces en el
agua, salen torpemente a la orilla para mudar el plumaje, para
encontrar pareja y, con suerte, producir una nueva generación de
pollos.
El pingüino real se caracteriza por su
aspecto majestuoso. De un metro de alto y unos 13 Kilos de peso, es,
después del emperador, la segunda especie de pingüino de mayor
tamaño. También se distingue fácilmente por sus marcas anaranjadas
en la cabeza, el pico, el cuello y el pecho.
En la isla Poseidón la especie ha
establecido seis colonias de cría, la mayor de las cuales está en
un espacio de unas 36 hectáreas que los investigadores franceses han
bautizado como “Jardín Japonés”, un tranquilo valle que se
convierte en una estridente colonia de cría de 100.000 aves, donde
cada pareja defiende su pequeña parcela de territorio.
Los pingüinos reales no construyen
nidos. En su restringido espacio, macho y hembra se turnan para
incubar un único huevo que mantienen en equilibrio sobre las patas y
cubren con un pliegue de su piel. Cuando sale del cascarón, ambos
cuidan del pollo con el mismo tesón, hasta que su plumaje es lo
bastante denso como para soportar el frío.
Durante este período de tres meses,
los adultos atacan a picotazos a todos los intrusos que intentan
robar huevos y pollos. Los científicos calculan que un pingüino
real dedica cuatro horas diarias al cuidado de su cría y da 2000
picotazos para mantener a raya a los entrometidos.
Los pingüinos reales han establecido
colonias en siete islas y archipiélagos estratégicamente situados
cerca de la Convergencia Antártica, una zona donde las frías aguas
polares se mezclan con los mares subantárticos más templados,
produciendo un área rica en nutrientes.
La población de pingüinos reales,
estimada en 2,2 millones de parejas, goza de buena salud.
Aún así, un estudio reciente en las
islas Crozet, adonde acude a criar la mitad de los individuos de esta
especie, revela que el aumento de la temperatura del mar está
reduciendo los recursos alimenticios cerca de las colonias, por lo
que el cambio climático podría suponer una grave amenaza para la
supervivencia de la
especie a largo plazo.
DAVID SÁNCHEZ RUIZ 4ºA
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