Esto se dice, porque eso incrementa la crianza de ganado convertida ya en una gran industria con una alta emisión de gases de efecto invernadero (GEI), y la producción de piensos dispara el uso de fertilizantes químicos, y se libera mucho CO2 durante la elaboración y el transporte de los productos animales. Además, esta actividad es una de las mayores responsables de la deforestación.
Nuevos datos sugieren que la dieta vegetariana y
otras que prescinden del ganado podrían contribuir más que la tradicional al
cambio climático. Una investigación de la Universidad Carnegie Mellon
sostiene que obtener una caloría de frutas, vegetales, lácteos y mariscos
requiere más emisiones de GEI que hacerlo de un producto cárnico.
Sin embargo, descubrieron que las dietas recomendadas
como más saludables –una mezcla de lácteos, frutas, vegetales y marisco, tenían
mayor impacto ambiental en las tres categorías: el consumo de energía crecía un
38 % y el de agua un 10 %, y las emisiones de gases de efecto invernadero
subían un 6 %.
Daniel Serrano Hornero 4ºA
Daniel Serrano Hornero 4ºA
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