
Para comprobarlo, los investigadores colocaron tubos con
sensores térmicos en las zonas donde estos animales solían tomar el sol. De
esta forma, descubrieron que en las zonas donde se habían extinguido se habían
reducido al mínimo las horas en las que estos animales podían alimentarse.
La desaparición de estos animales va acompañada de muchas
consecuencias en la cadena alimentaria, ya que se encargan de mantener la población
de insectos controlada.
María Sánchez 4ºA
María Sánchez 4ºA
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