Aunque parezca mentira, que Júpiter esté
donde está tiene unas consecuencias bastante decisivas sobre el destino
de nuestro planeta. Muchos piensan que si éste no
estuviera donde está y no tuviera la masa que tiene, la Tierra no existiría.
Y es que la situación orbital de Júpiter es una cuestión muy
peliaguda: si se hubiera formado un poco más cerca de nosotros el tirón
gravitatorio que habría ejercido sobre la incipiente Tierra habría
impedido su formación. Además, el tipo de órbita también es
determinante: para asegurar la existencia de nuestro planeta, Júpiter debe seguir una órbita casi circular y estable; si hubiera sido más elíptica no existiríamos. La existencia de nuestro gigante gaseoso ha sido fundamental para 'barrer' el Sistema Solar de asteroides y cometas capaces de provocar una extinción masiva.
Eloy Martín Méndez 4ºA.
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