En el último año, el clima en el Ártico ha rayado a veces en lo absurdo. En algunos lugares, las temperaturas fueron de 30 a 50 grados Fahrenheit por encima del promedio durante la pasada semana de Navidad. Hasta noviembre, el área de océanos cubiertos por hielo en la región alcanzó un récord mínimo en siete de 11 meses, un período sin precedentes. Más importante, quizás, es que la diferencia entre las temperaturas del Ártico y las de las latitudes medias de Norteamérica, Europa y Asia durante 2016 fue la más pequeña jamás vista.
Es importante tomar en cuenta esa brecha que se estrecha porque parece estar impulsando condiciones climáticas extremas en las latitudes medias, desde las olas de calor y las sequías, hasta las fuertes nevadas. ¿Por qué el Ártico está tan loco últimamente y cuán fuerte es la conexión con el mal tiempo en el sur, donde viven tantas personas? Scientific American le preguntó eso a Jennifer Francis, quien es profesora y investigadora en el Instituto de Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Rutgers y ha investigado el cambio climático en el Ártico y sus vínculos con el estado del tiempo en todo el mundo desde 1994.
Yago García Delgado
Revista: Scientific American
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