ESPECIALIDAD: Biología.
TÍTULO: Érase una vez un Dragón.
REVISTA: National Geographic España.
FECHA: Enero 2014.
RESUMEN:
TÍTULO: Érase una vez un Dragón.
REVISTA: National Geographic España.
FECHA: Enero 2014.
RESUMEN:
Por supuesto que existes dragones en la tierra, los dragones de Komodo, los lagartos más grandes del mundo.
En
un principio, estos dragones estaban solos, nadie los había
estudiado y vivían por libre, sin molestia humana, pero todo cambió
cuando el biólogo y profesor de la Universidad de Florencia, Claudio
Ciofi, llegó a Indonesia en 1994 a acabar su doctorado sobre los
dragones. Entonces los vio de cerca, quedó hechizado y decidió
ampliar su investigación sobre ellos. Cioifi nos ha ofrecido la
mayor parte del conocimiento que hoy tenemos sobre dragones y trabaja
para aumentar sus probabilidades de sobrevivir a los conflictos del
s. XXI que los acechan. Pues aunque pueden medir hasta tres metros y
pesar casi 90 kilos, son vulnerables a los problemas que castigan a
tantos otros animales.
Vive
entre 30 y 50 años, casi todo el tiempo solo y en un área sumamente
reducida: solo habita en unas cuantas islas del Sudeste Asiático,
todas ellas indonesias.
Temido
por animales y personas, es un ávido cazador capaz de alcanzar los
19 kilómetros por hora en carreras cortas. Se embosca para cazar a
sus presas, a las que ataca por sorpresa, desgarrándoles el cuerpo
por la parte más tierna, normalmente el estómago, o les arranca una
pata. De su boca mana una saliva venenosa que impide la coagulación
de la sangre, y las víctimas se desangran en seguida. Si la presa
logra huir, es probable que la herida se infecte. De un modo u otro,
la muerte está casi asegurada. Y los dragones pueden ser muy
pacientes para después darse un festín.
También
son carroñeros. Alimentarse de carroña gasta menos energía que
cazar, y los dragones son capaces de detectar el olor de un cadáver
putrefacto a varios kilómetros. Aprovechan casi todo.
Estos animales tienen su historia, claro, han convivido con la gente de las aldeas cercanas a su hábitat durante mucho tiempo, a veces en paz, y otras no.
Aunque
sea un devorador muy peligroso, son escasos los accidentes con
humanos, pero han sucedido. El último, en 2012, un dragón de dos
metros entró en una oficina del Parque Nacional de Komodo y mordió
a dos guardas forestales. Aun así, se le considera un animal
carismática, no muy malvado e interesante.
Ahora
no quedan muchos ejemplares, y los que quedan están repartidos entre
los zoos y el Parque Nacional de Komodo (KNP). También se están
intentando realizar apareamientos para que la especie continúe,
aunque según aseguran algunos científicos, ''Podríamos romper la
integridad evolutiva al interferir en el camino natural de los
animales''.
ANA BENITO BENITO 4ºA
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