Titulo: Celacantos, Fósiles
vivientes.
Revista: National geographic.
Número: Noviembre 2011
En 1938 Marjoire Countenay-Latimer,
una conservadora de un museo sudafricano, vio la captura de una extraña criatura
con gruesas escamas, extrañas aletas y un lóbulo de más en la aleta caudal.
Había redescubierto un Celacanto, creído extinguido desde finales del cretácico
junto a los dinosaurios. Éste había sobrevivido en las profundidades del océano
durante milenios.
No solo se ha encontrado uno, si no que
varios en zonas aisladas del Índico, puede ser que no haya muchos más de 1.000
o tal vez de 10.000. Por la profundidad de su habita solo ha podido ser
fotografiado desde sumergibles tripulados o teledirigidos. Fue fotografiado por
primera vez en el 2000 y en 2010 un equipo entrenado, realizo inmersiones
profundas para fotografiar la colonia que vive en la bahía de Sodwana en
Sudáfrica.
Su anatomía es muy antigua, puede
medir hasta dos metros de largo y pesar casi 90 kilos. Tiene un notocordio,
tubo elástico, hueco y resistente lleno de fluido, que hace como columna
vertebral. Tiene un parto múltiple de hasta 26 crías que nacen desarrolladas,
esta gestación puede durar un año o más. Tiene aletas lobuladas y un órgano rostral
que le sirve probablemente para percibir impulsos eléctricos y así localizar sus
presas en la oscuridad. Tiene una capa cristalina detrás de la retina que
refleja la luz. La primera aleta dorsal le proporciona estabilidad al nadar.
Estos animales son nocturnos, viven
a profundidades entre 90 y 120 metros y se alimentan de peces calamares y
pulpos. Sus movimientos son lentos y gráciles.
Alicia Casado Blanco 4ºA
Alicia Casado Blanco 4ºA
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