El denso trafico marino del Mediterráneo supone una grave amenaza para los cachalotes y otos Cetáceos de gran tamaño. Sin embargo, hay incidencias y recursos para evitar las colisiones accidentales.
Uno de los cambios más importantes que se ha producido a lo largo del ultimo medio siglo ha sido la sustitución de amenazas relacionadas con la persecución directa por perdidas que se producen de forma fortuita y accidental.
Hasta los años setenta del siglo pasado, en España se capturaron cientos de ballenas y cachalotes por empresas de envergadura y su caza era habitual en todos los océanos del mundo.
Actualmente hemos avanzado mucho: la protección de los cetáceos es general y suele respetarse.
Moles aturdidas
En cuanto a las bajas o perdidas accidentales, en nuestros mares se ha dado un paso enorme al proscribir las redes de deriva, un sistema legal y en absoluto selectivo para la gran fauna pelágica.Pero la población de cetáceo, especialmente las de rorcuales y cachalotes, se enfrentan a un problema muy insidioso: las colisiones con grande buques. Cada año atraviesan el Mediterráneo 200.000 mercantes.
Estas gigantescas masas metálica, lanzadas a considerable velocidad y con un borde anterior cortante, tiene una capacidad destructiva colosal.
Esa era la torpeza temporal de la que se aprovechaban los balleneros .
Medidas preventivas
Sistema Repcet, obligatorio para las embarcaciones francesas .
También hay mecanismos que permiten detectar a los animales mediante el radar y dispositivos automatizados anticolisión.
Esther Sánchez Muñoz
4º ESO A
Revista: Quercus 377
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