LA FÉTIDA Y PELIGROSA CICUTA
ESPECIALIDAD: Biología
REVISTA: Quercus
NÚMERO: 349
TÍTULO: La fétida y peligrosa cicuta
Para no ser
una presa fácil de los animales herbívoros, las plantas necesitan desarrollar un
sistema de defensa. Estos pueden ser muy variados llegando incluso a
causar la muerte del agresor. Muchas veces se requieren grandes complejidades
en los mecanismos de defensa como la generación de principios tóxicos, algo que
encontramos en una de las hierbas comunes que nos rodean: la cicuta mayor.
La cicuta
mayor se trata de una hierba que crece en suelos ricos y profundos, con cierta
humedad, por ello, es habitual encontrarla a la orilla de carreteras y caminos,
aunque también aparecen en las orillas de los ríos, en campos abandonados y en
escombreras.
Esta puede
llegar a superar los dos metros de altura. De una raíz pivotante, necesaria
para sostener dicha planta, crecen sus tallos largos, huecos y con manchas de
color púrpura. Las hojas son muy grandes y de color verde oscuro o grisáceo.
Las flores, que crecen en el extremo de los tallos, son grandes y de color blanco.
Este aspecto ha hecho que algunas veces se confunda esta planta con el perejil,
produciendo algún que otro accidente, por esto, la cicuta recibe también el
nombre de perejil de las brujas.
La cicuta es
de alta toxicidad para el hombre, son suficientes 10g para producir la muerte
en tres o cuatro horas. Algunos de los síntomas son dolor de cabeza y pérdida
de visión, se turba el sentido, se dilatan las pupilas, se enfrían las partes
extremidades… finalmente la muerte es producida por ahogamiento debido a una
parálisis respiratoria.
La cicuta ha
sido utilizada para envenenar el agua de charcas y pozas y así poder coger
fácilmente a los peces aturdidos.
La cicuta
también ha tenido fines médicos.
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