Un estudio revela una progresiva hibridación entre polinizadores nativos, como los abejorros comunes, y los procedentes de colonias comerciales, que favorecen la rentabilidad de los cultivos. Pero al mismo tiempo conllevan una pérdida de adaptaciones locales de los insectos, como por ejemplo a las altas temperaturas estivales.
Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha confirmado en un estudio de campo con abejorros comunes (Bombus terrestris) en el suroeste de España, que las poblaciones nativas de este insecto polinizador están hibridándose progresivamente con polinizadores provenientes de colonias comerciales instaladas en la región para favorecer la rentabilidad de los cultivos. La investigación ha aparecido en el último número de Ecological Solutions and Evidence.
Concretamente, explica Ignasi Bartomeus, investigador de la EBD y autor principal del estudio, que de los ejemplares de abejorro común analizados sólo al 19% se le pudo asignar con alta confianza el grupo genético nativo puro y al menos el 45% de los especímenes muestreados eran híbridos entre genotipos nativos y comerciales, lo que indica, a juicio del investigador, que la introgresión genética, o movimiento de genes de uno a otro linaje de abejorro, es generalizada en el sur de España.
“Nuestros datos genómicos muestran evidencia clara de hibridación generalizada entre linajes de abejorros comerciales y nativos en el sur de España. Corremos el riesgo de perder las adaptaciones locales, por ejemplo a las altas temperaturas estivales; algo que no nos podemos permitir en el contexto del actual cambio climático”, puntualizó Bartomeus.
Para el estudio el equipo estableció como metodología un protocolo de muestreo donde se registraron los genotipos y fenotipos de los individuos analizados, con el fin de evaluar la presencia y el alcance de la hibridación entre individuos comerciales y nativos de abejorro común. Los abejorros más lejanos a los invernaderos presentan genotipos más proximos al genotipo nativo. En otras palabras, los abejorros nativos eran más “puros” cuanto más lejos se hallaban de las colonias comerciales. No obstante, enfatiza Bartomeus que “los alelos no nativos se han integrado incluso en las poblaciones nativas que habitan en parques naturales protegidos a más 60 km de distancia de las áreas de cultivo donde se liberan los abejorros”.
Concluye la investigación que como todo apunta a que la demanda de servicios de polinización aumentará en los próximos años, se debe tener en cuenta que sólo una regulación más restrictiva de las líneas comerciales podría mitigar los impactos negativos sobre la integridad genética de los polinizadores nativos, evitar procesos de homogeneización genética y prevenir la pérdida potencial de las adaptaciones locales.
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