El aceite de hígado de tiburón es una sustancia grasa que proporciona una flotabilidad vital a esta especie, a parte de otras cosas, pero también supone una salvación para los humanos como agente potenciador de las vacunas, denominado "adyuvante", que mejora el sistema inmunitario y aumenta la eficacia de las vacunas.
Los conservacionistas temen que el aumento de la demanda de escualeno para las vacunas, ponga en peligro a esta especie.
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