viernes, 4 de diciembre de 2020

El acortamiento de los telómeros protege frente al cáncer



Con cada división celular, los telómeros, secuencias de ADN situadas en los extremos de los cromosomas, se acortan. Estas regiones protegen la integridad del material genético celular, por lo que su reducción se relaciona con el envejecimiento y la muerte de la célula. Sin embargo, ello también puede resultar ventajoso. En su trabajo más reciente, publicado por la revista eLife, científicos de las Universidades de Rockefeller, California en Berkeley y Radboud en Nimega, liderados por Emma J. van Grinsven muestran que el acortamiento de los telómeros también detiene la progresión del cáncer, en humanos.

En el estudio, participaron dos familias con predisposición genética a padecer la enfermedad, así como varios casos de distintas neoplasias, debido a mutaciones en el gen que codifica el factor nuclear 2 que interactúa con TERF1 (TIN2, por sus siglas en inglés). TIN2 regula la longitud de los telómeros, que en su ausencia o alteración experimentan un proceso de elongación anómalo, hecho que incrementa el riesgo de desarrollar tumores.

Los investigadores reprodujeron las mutaciones exactas presentes en los miembros de las familias, mediante CRISPR-Cas9, y observaron que las variantes de TIN2 truncadas perdieron la capacidad de unirse a los telómeros y participar en su acortamiento. En consecuencia, las células mantuvieron su integridad y estabilidad genómica, propios de las células sanas. Sin embargo, ello también les permitió seguir reproduciéndose.
Los datos sugieren que las células nacen con telómeros de una longitud determinada que les permite dividirse un determinado número de veces. Alcanzada dicha cifra, la célula muere. Si el mecanismo que reduce los telómeros falla, la proliferación celular prosigue y la protección antitumoral desaparece.

Los científicos destacan que basta con la alteración de una sola de las dos copias del gen que codifica TIN2 para que los telómeros crezcan. Asimismo, la presencia de casos de cáncer de mama, colon, tiroides y melanoma en los dos árboles genealógicos analizados sugiere la importancia de este mecanismo supresor de tumores, pues su alteración explicaría la alta incidencia de la enfermedad en las familias.

A modo de conclusión, para Van Grinsven y sus colaboradores el hallazgo demuestra la importancia de la ciencia básica, pues la identificación de este proceso fundamental ofrece una nueva vía para entender y tratar el cáncer.

Periódico:Investigaciónyciencia.

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