lunes, 19 de junio de 2017


Como observar el mejor eclipse solar total del siglo XXI

El del próximo mes de agosto será el primer eclipse total de Sol en cruzar Norteamérica de costa a costa desde 1918


Aquellos que se dedican a observar el cielo y gustan de la astronomía están de enhorabuena. De hecho ya se están preparando para uno de los mejores espectáculos celestes en casi un siglo: el eclipse total de Sol que cruzará los Estados Unidos de costa a costa atravesando todo el país. El último de estas características se produjo en 1918. Así, el 21 de agosto del presente año, millones de afortunados serán testigos de cómo el Sol se oculta tras la Luna convirtiendo el día en noche durante unos minutos fugaces.

Se prevé que el mismo comenzará el estado de Oregón y terminará en el de Carolina del Sur, siendo visible en su totalidad desde una franja relativamente estrecha de unos 110 kilómetros del territorio Estadounidense. La Luna cubrirá el Sol por completo durante aproximadamente 2 minutos y 40 segundos. En su camino cruzará varias ciudades a lo ancho de 12 estados siendo el motivo de numerosas reuniones para su observación, estudios científicos y charlas de temática astronómica.

Mientras que muchas personas se desplazarán para asegurarse de ver como por un breve momento la Luna borra completamente el Sol del cielo, los espectadores en otras partes de los EE.UU., así como el resto de América del Norte, Centroamérica y América del Sur, podrán disfrutar de un eclipse parcial. En la líneas consecutivas te contamos todo lo que necesitas saber para formar parte de este increíble espectáculo celeste.
¿Qué es exactamente un eclipse total de Sol?



Un eclipse total del Sol ocurre cuando la Luna bloquea completamente el disco solar visible, proyectando una sombra en la Tierra. Para ver un eclipse total, debes estar en la parte más oscura de esta sombra, conocida como la umbra. Si por el contrario te encuentras en la parte más clara de la sombra, la penumbra, lo que podrás observar será un eclipse parcial.

Esto significa que los eclipses sólo pueden ocurrir cuando la Luna está alineada de forma muy precisa entre la Tierra y el Sol. Tal arreglo no ocurre cada mes porque la órbita de la Luna está inclinada en relación a la de la Tierra, de modo que el disco lunar y el disco solar no siempre se cruzan.

Es más, la órbita de la Luna es a lo que en términos astronómicos nos referimos como un elipsoide de baja frecuencia, es decir, su trayectoria no es un círculo perfecto, si no que se encuentra ligeramente alargada por uno de sus flancos formando una elipse, por lo que la distancia entre la Luna y la Tierra no es constante en el tiempo, si no que se ve sometida a pequeñas variaciones. En tanto la Luna está más lejos de la Tierra, su tamaño no es lo suficientemente grande para cubrir completamente el Sol. Y así, cuando la distancia entre la Luna y la Tierra es más acusada se produce lo que se conoce como un eclipse anular, en el que el Sol no se oculta por completo tras su compañera de baile y donde el resultado se traduce en un "anillo de fuego" que rodea al disco lunar.
¿Por qué es tan especial este eclipse?

Debido a la dinámica orbital de los 3 cuerpos celestes que entran en juego durante un eclipse -en este caso la Tierra, la Luna y el Sol- cada vez que se produce uno de estos fenómenos astronómicos la sombra de la Luna sobre nuestro planeta puede proyectarse indistintamente en cualquier lugar del mundo. Ahora, gracias a los sofisticados sistemas de predicción de trayectorias, podemos saber con gran antelación y precisión cuando se producirán estos. De hecho ciertas aplicaciones móviles como Eclipse Calculator 2.0 son capaces de ofrecer en la actualidad una ingente cantidad de datos con la que hace unos escasos 50 años los astrónomos solo podían soñar. Sin embargo, en muchas ocasiones los eclipses sólo son visibles desde lugares remotos o desde el mar, lo que dificulta la posibilidad de poder ser apreciados.

También el último eclipse continental total acaecido en Estados Unidos, en febrero de 1979, fue tan solo visible a lo largo de un pequeño tramo a su paso por el noreste delOcéano Pacífico.

Por el contrario, como ya hemos apuntado, el eclipse del 21 de agosto cruzará los Estados Unidos de costa a costa, ofreciendo un espectáculo sin igual a millones de personas. Y sobre todo, será una bendición para los científicos que a través de los eclipses estudian la atmósfera más externa del Sol, la corona solar. Esta misteriosa región se extiende a lo largo de millones de kilómetros en el espacio, no obstante es tan débil que su estudio presenta muchas dificultados debido al brillo de la propia estrella. Durante los eclipses, el Sol permanece cubierto, por lo que para los astrónomos se presenta la oportunidad perfecta para estudiar su corona sin la interferencia del resto de la estrella.
¿Puede la observación del eclipse dañar la vista?

Cuando se trata de ver un eclipse solar, la seguridad es primordial. Mirar al Sol en cualquier momento sin protección ocular puede causar daños irreversibles en los ojos.

La mejor manera de ver un eclipse es usar unas gafas especiales al efecto, cuyas lentes están fabricadas con un filtro solar miles de veces más potente que los de unas gafas de sol convencionales. Usando estos cristales puedes ver con seguridad el eclipse total antes y después de su culmen, es decir, puedes observar incluso el eclipse parcial y el recorrido de la Luna ante el sol. Una vez que la Luna cubra completamente el Sol, es seguro mirar el eclipse con los ojos desnudos. También cualquier persona puede mirar indirectamente usando algún instrumento -cámaras o telescopios-, que proyecte una imagen del Sol sobre una superficie plana para la visión segura. Cualquier otro método no profesional puede tener consecuencias muy serias para la vista.
Cuando llega la oscuridad …

Un eclipse total de sol es un espectáculo eminentemente visual e increíblemente raro de observar. De hecho, la mayoría de las personas apenas verá un eclipse total, o ninguno, a lo largo de su vida. Se trata de uno de más breves y mágicos instantes observables desde nuestro planeta del baile que Sol, Tierra y Luna mantienen desde la formación de estas dos últimas.

Y si a medida que el día se convierte brevemente en la noche, las estrellas y los planetaspueden llegar a ser visibles en el cielo, merece la pena estar también atento al resto de tus sentidos. Durante un breve lapso de tiempo podrás comprobar como las temperaturas caen notablemente y, si el escenario es adecuado, también presenciar como sus alrededores se pueden silenciar- o colmar de sonidos- ante la reacción de los animales, desconcertados en ocasiones, por la repentina oscuridad. Aunque quizá, esto último, sea tener demasiada suerte. No hay que olvidar que el día siempre puede amanecer nublado. Crucemos los dedos.
                              
                                                                                                       DARÍO COVALEDA

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