lunes, 12 de junio de 2017

Este árbol puede matarte.

Este árbol puede matarte

En 1999, la técnica en radiología Nicola H. Strickland se encontraba de vacaciones en la paradisiaca isla de Tobago. En su primera mañana, ella y su acompañante hallaron una playa desierta totalmente idílica: arena
 blanca, palmeras mecidas por la brisa y un mar de color turquesa, con toda la singularidad del ambiente caribeño. Mientras buscaban conchas exóticas y fragmentos de corales, Strickland vio unos frutos verdosos sobre la arena. Eran redondos, del tamaño de una mandarina, y habían caído de un gran árbol.
Strickland, hoy presidenta del Royal College of Radiologists, en Londres, dio un mordisco al fruto y lo encontró agradablemente dulce. También se lo ofreció a su acompañante. Momentos más tarde, empezaron a notar en la boca un extraño picor que progresó hacia una molestia de cortante quemazón y cerrazón de la garganta. Los síntomas empeoraron transcurridas dos horas: apenas podían tragar debido al espantoso dolor y a la sensación de un enorme nudo que les obstruía la faringe. En las siguientes ocho horas, el malestar bucal empezó a remitir, pero sus ganglios linfáticos cervicales se tornaron muy sensibles y fácilmente palpables. Habían experimentado los terribles efectos del fruto de una planta que, según el Guinness World Records, es el árbol más peligroso del mundo.
VERÓNICA PANIAGUA DÍAZ 

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