sábado, 25 de enero de 2014

UNA GRIETA EN EL PARAÍSO.

Título: Una grieta en el paraíso.
Revista: National Geographic        Fecha: Noviembre 2011

Geología
Resumen:
El mwami se acuerda de cuando era una especie de rey. Desde 1954 ha sido, el jefe del territorio de los bashali en el distrito de Masisi, una región de pastores del este de la República Democrática del Congo. Su nombre es Sylvestre Bashali Mokoto.
Durante la mayor parte de su vida adulta, dio la bienvenida a los recién llegados a su distrito, que le ofrecían ganado y otros regalos. Él, a cambio, les asignaban un trozo de tierra, que parcelaba según le parecía conveniente. 
Hoy el jefe en una casucha miserable de Goma, una ciudad congoleña. Sus anyiguos dominios son ahora el epicentro de una crisis humanitaria que empezó hace más de diez años. El este del Congo ha sido ocupado por miles de tutsi, hutu y hunde que combaten lo que consideran legítimamente suyo, milicias que intentan apropiarse de la tierra por la fuerza. 
Hace unos años un miembro de uno de los ejércitos rebeldes se apoderó de la finca de 80 héctareas de mwami. Éste se vio obligado a retirarse a la sórdida choza de Goma.
La ciudad es un avispero. Veinte años atrás la población de Goma rondaba los 50.000 habitantes. Ahora son por lo menos veinte veces más. Al norte se cierne el volcán Nyiragongo, cuya última eruoción, en 2002, arrasó el distrito comercial. Al sur se extiende el lago Kivu, una caldera plateada tan saturada de dióxido de carbono y metano que una erupción de gas en el lago podría matar algún dñia a toda la población de Goma y alrededores. 
El reinado de los mwamis ya es historia este rincón de África oriental. La región se ha convertido en el escenario de una violencia de proporciones indescriptibles: el asesinato y secuestros de docenas de miles de personas en el norte de Uganda, la matanza de más de un millon en los genocidios de Ruanda y Brurundi, y dos guerras en el este del Congo, conocida como la Gran Guerra Africana, ha costado la vidas de más de cinco millones de personas.
El Rift Occidental abarca los montes de Virunga y Rwenzori y varios de los Grandes Lagos deÁfrica, donde el profundo rift se ha llenado de agua.
En el siglo XIX, exploradores europeos como David Livinfstone y John Hanning recorrieron la región en busca de las fuentes del Nilo y quedaron impresionados por la exuberante vegetación y la extensión de los lagos. 
La paradoja de Albertine Rift es que su riqueza es el origen de su actual penuria. La población se ha concentrado en esta área atraída por el fértil suelo volcánico. Con el crecimiento de la población, aumentó la tala de bosques para destinar el suelo a la agricultura y ganadería. Para los habitantes de la población la densidad demográfica ha originado una angustia.
Hamukung está dentro e los límites del parque, cuya principal atracción turística son los leones, que han disminuido en un 40% en menos de una década.El parque nos ha vuelto pobres.¡La gente necesita tierra!. Es frecuente oir esa queja en las superpobladas aldeas que rodean los parques y reservas de la población. 
El Parque Nacional Virunga, en el este del Congo, es uno se los más amenazados, con mucha población humana ya asentada dentro de sus límites. Desde el genocidio de Ruanda en 1994, casi todo el parque está cerrado al turismo. El parque está en zona de guerra. En el este del Congo, el vacío creado por la expulsión de Mobutu condujo a una competencia feroz entre diversos ejércitos y milicias por las reservas del oro, carbón, estaño y coltán. Los combatientes mai mai, que controlan la pesca ilegal y la producción de carbón vegetal en muchas de las aldeas que han crecido dentro del parque.
En un barco èsquero nos lleva hasta la frontera con Uganda, donde dese 1976 el 96% de la población de hipopótamos del parque ha sido sacrificada y vendida a los soldados y guerrilleros. Después vamos a otro sector del parque, donde una patrulla armada protege las 24 horas del día a 15 gorilas orientales de la llanura de las milicias y los pobladores que, animados por los políticos, reclaman tierras de cultivo.
Charles y otros jóvenes se trasladaron a este bosque en 2006.
Charles y sus amigos reclamaron unas tres hectáreas de bosque cada uno y empezaron a talar.
Después mandaron a buscar a sus esposas y tuvieron mas hijos. Actualmente es uno de los 3.000 habitantes de la reserva forestal, el bosque parece a veces un yermo humeante, porque la gente recurre al fuego para desbrozarlo y cultivar la tierra. El daño va mucho más allá de una cuestión puramente estética. Kagombe forma parte de una serie de bosques que constituyen un corredor forestal para los chimpancés y otros animales.
Cuando a finales del siglo XIX las potencias europeas se repartieron el África oriental, los alemanes y los belgas aprovecharon lo que les pareció una jerarquía social natural y dieron preferencia a la minoria tutsi.
El Genocidio de Ruanda fue instigado por las decisiones de políticos hambrientos de poder; pero la escasez de tierra prepaó el escenario. El Genocidio dio a los hutu, carentes de tierra, el pretexto para emprender una guerra de clases.
La pobreza condujo a una mayor presión sobre la tierra.
A mediados de los años ochenta cada héctarea de tierra arable fuera de los parques nacionales era explotada. En entrevistas a ruandeses efectuadas tras el genocidio, era frecuente oír el argumento de que " la guerra es necesaria para eliminar el exceso de población y situar el número de habitantes en un nivel más acorde con los recursos disponibles". Las matanzas fueron claramente instigadas por las decisiones de políticos hambrientos de poder. La escasez de tierra preparó el escenario para masacre. El genocidio dio a los hutu, carentes de tierra, el pretexto para emprender una guerra de clases.
Shasha, un pueblo del este del Congo. Las mianas que contienen abundantes reservas de estaño, coltán y oro están casi exclusivamente bajo el control de esas bandas de forajidos.
Una mujer llamada Faida llora mientas recuerda lo sucedido un año atrás. Sostiene una carta de su marido en la que le pide que se vaya a la casa familiar porque teme que haya contraído el sida cuando fue violada. Después de trabajar en los campos de cacahuetes. Caminaba una hora y media hasta el mercado de Minova con los cacahuetes a la espalda, y volvía a casa con leña. Los tres hombres que la atacaron a plena luz del día eran rebeldes hutu. Le dijieron que escogia entre la vida y la muerte.
Ahora sus hijos viven con unos vecinos, y ella no puede trabajar. El daño físico es considerable. "Me duele mucho-dice-. Áyudeme con alguna medicina."
                                                                                            SANDRA SÁNCHEZ 4ºA

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