miércoles, 18 de marzo de 2020

¿Los animales también se emborrachan?



En el verano del 2012 en el noroeste de Inglaterra se detectó un comportamiento anómalo en una población de mirlos (Turdus merula). Estas aves eran incapaces de emprender el vuelo y mantener el equilibrio, motivo por el cual se veían obligadas a mover continuamente sus alas.

A pesar de todo, muchas de ellas caían al suelo permaneciendo inmóviles durante horas, incapaces de alcanzar la verticalidad, e incluso un considerable porcentaje de los mirlos llegaron a fallecer.

El equipo de veterinarios encargados de analizar las causas de este extraño comportamiento descubrió que estas aves paseriformes tenían elevadas concentraciones de etanol en su organismo.

En las autopsias que practicaron revelaron que en el estómago había bayas de serval, un fruto que puede ser infectado –como había sido el caso- por una levadura fermentadora de los azúcares de la baya, lo cual se traduce finalmente en la producción de etanol. En otras palabras, la levadura había sido la responsable del botellón colectivo de los mirlos.

Catalin Nicusor Pavel

Así era nuestro antepasado que salió del mar y caminó sobre la tierra por primera vez

Una investigación sobre peces fosilizados del período devónico tardío, hace aproximadamente 375 millones de años, ha revelado la evolución de las aletas a medida que comenzaron a pasar a extremidades aptas para caminar sobre la tierra. El nuevo estudio realizado por paleontólogos de la Universidad de Chicago, y publicado esta semana en ' Proceedings of the National Academy of Sciences', ha utilizado tomografía computarizada para examinar la forma y estructura de los rayos de las aletas mientras aún está encerrado en la roca circundante. Luego podrían usar estos modelos para inferir cómo funcionaban y cambiaban las aletas a medida que evolucionaban en extremidades. Gran parte de la investigación sobre las aletas durante esta etapa de transición clave se centra en los huesos grandes y en los cartílagos que corresponden a los de la parte superior del brazo, el antebrazo, la muñeca y los dedos.

Los delicados rayos y espinas de las aletas de un pez forman un segundo esqueleto «dérmico» no menos importante, que también experimentó cambios evolutivos en este período. Los rayos dérmicos forman la mayor parte del área superficial de muchas aletas de peces, pero se perdieron por completo en las primeras criaturas con extremidades. « Si quieres entender cómo evolucionaron los animales para usar sus aletas en esta parte de la historia, este es un conjunto de datos importante».


Tiktaalik roseae, un "fisópodo" de 375 millones de años tiene características tanto de peces como de tetrápodos de cuatro patas

Catalin Nicusor Pavel

Descubren un dinosaurio del tamaño de un colibrí preservado en ámbar

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto en el norte de Myanmar una nueva especie de dinosaurio del tamaño y aspecto de un colibrí a partir de un cráneo atrapado en ámbar hace 99 millones de años.

Probablemente, se alimentaba de pequeños artrópodos o invertebrados, a diferencia de las aves modernas de tamaño similar, que no tienen dientes y toman néctar como sustento. Este espécimen inusual arroja luz sobre la evolución de las primeras aves. Como explica Roger Benson, de la Universidad de Oxford, en un artículo que acompaña al estudio en la revista «Nature», el nuevo hallazgo ilustra cómo algunas de esas primeras aves evolucionaron de los dinosaurios para convertirse en miniaturas antes de lo que se creía. El tamaño de Oculudentavis es un sexto el del fósil de ave temprana más pequeño conocido.

«Esto indica que, solo poco después de sus orígenes al final del período Jurásico , las aves ya habían alcanzado su tamaño corporal mínimo. Comprender cuándo, cómo y por qué los limites inferiores del tamaño del cuerpo cambiaron de esta manera requiere un mayor conocimiento de las primeras aves fósiles y Oculudentavis es un trampolín para esto», estima el investigador.


Huevo de ámbar en el que se puede ver el cráneo del nuevo dinosaurio



Catalin Nicusor Pavel

jueves, 12 de marzo de 2020

Confirmada la cura de un segundo paciente con VIH.



Un equipo de investigadores, con participación de IrsiCaixa, han descrito la cura del VIH en el llamado 'paciente de Londres' tras comprobar que el virus no continúa en su cuerpo después de 29 meses sin tratamiento. Al mismo tiempo, han anunciado un tercer caso de remisión, el 'paciente de Dusseldorf'.

Al paciente de Londres, un hombre portador del VIH, se le detectó un linfoma de Hodgkin (un cáncer de una parte del sistema inmunitario). En 2016 se sometió a un trasplante de células madre con una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus a las células del VIH, los linfocitos T CD4.
Al cabo de 16 meses, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y, en marzo de 2019, la revista Nature publicó un artículo en el que se demostraba que llevaba 18 meses con el virus indetectable en su sangre, lo que le convertía en el segundo caso de remisión a largo plazo. Este era el segundo caso en el mundo, después del paciente de Berlín, en 2009.

Un artículo publicado en la revista The Lancet HIV destaca que ahora, 29 meses después de la interrupción del tratamiento, el virus continúa indetectable en sangre, líquido cerebro-espinal, tejido intestinal y semen. Con esto, el estudio que cuenta con la participación de IrsiCaixa (Esaña) confirma la “cura” del VIH del llamado paciente de Londres.

Los análisis del paciente detectan niveles muy bajos de genoma de VIH en tejidos linfoides, pero se trata de material genético defectuoso que no tiene capacidad replicativa y, por tanto, no tiene capacidad infecciosa. “Todo esto nos empuja a concluir que se trata de un segundo caso de curación porque en el paciente de Berlín también se detectaban restos fósiles de ADN viral y sin capacidad infecciosa”, explica Martínez-Picado.


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                                                                                                         Lara Iglesias Paniagua.   4ºA

Un robot utiliza imágenes e inteligencia artificial para extraer sangre.



Ingenieros de Rutgers han creado un dispositivo de sobremesa que combina un robot, inteligencia artificial e imágenes de infrarrojo cercano y ultrasonido para extraer sangre o insertar catéteres para administrar fluidos y fármacos.

Los resultados de sus investigaciones más recientes, publicados en la revista Nature Machine Intelligence, sugieren que los sistemas autónomos como el dispositivo robótico guiado por imágenes podrían superar a las personas en algunas tareas médicas complejas.



Los robots médicos podrían reducir las lesiones y mejorar la eficiencia y los resultados de los procedimientos, así como llevar a cabo tareas con una supervisión mínima cuando los recursos son limitados. Esto permitiría a los profesionales de la salud centrarse más en otros aspectos críticos de la atención médica y permitiría a los servicios médicos de emergencia llevar intervenciones avanzadas y esfuerzos de resucitación a zonas remotas y de recursos limitados.



"Utilizando voluntarios, modelos y animales, nuestro equipo demostró que el dispositivo puede localizar con precisión los vasos sanguíneos, mejorando las tasas de éxito y los tiempos de los procedimientos en comparación con profesionales de la salud expertos, especialmente con los vasos sanguíneos de difícil acceso", dijo el autor principal Martin L. Yarmush, Presidente de la Cátedra Paul & Mary Monroe y Profesor Distinguido del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Rutgers-New Brunswick.



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                                                                                                          Lara Iglesias Paniagua.  4ºA.

El coronavirus puede sobrevivir varios días y transmitirse por las heces.





Los últimos trabajos publicados apuntan que el coronavirus SARS-CoV-2 tiene mayor supervivencia de la que se estimaba, que puede contagiarse a más distancia y no sólo por vía aérea.




El coronavirus puede sobrevivir en el aire durante al menos 30 minutos y difundirse hasta 4,5 metros, es decir, más lejos de la "distancia de seguridad" recomendada por las autoridades sanitarias de todo el mundo, según un estudio publicado por científicos chinos. Además, otro trabajo apunta que la vía aérea no sería la única vía de transmisión. Las heces podrían ser otro vehículo de contagio.

La supervivencia del coronavirus fuera del organismo es una de las cuestiones que más se están estudiando. El hecho de que permanezca "durante días" en las superficies donde caen las gotas respiratorias infectadas aumenta el riesgo de contagio simplemente por tocar y luego llevarse la mano a la cara. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala en su web que a tenor de los estudios disponibles, este coronavirus "puede persistir en las superficies durante algunas horas o hasta varios días".

La variación depende de condiciones como el tipo de superficies, la temperatura o la humedad del ambiente. Según el nuevo estudio, por ejemplo, a alrededor de 37 grados centígrados puede sobrevivir de dos a tres días en materiales como vidrio, tela, metal, plástico o papel.




SARS-CoV-2,  coronavirus que causa el Covid-19.






                                                                                                                 Lara Iglesias Paniagua.  4ºA.

La biología no se puede entender sin matemáticas

Dos de los libros más influyentes en la historia de la biología son El origen de las especies (1859), de Charles Darwin, y Sobre el crecimiento y la forma (1917), de D'Arcy Wentworth Thompson. Darwin y sus seguidores postularon que la evolución de las especies está regulada por la supervivencia del más adaptado al entorno. Es decir, que los pequeños cambios que daban ventajas sobre la situación anterior se transmitían a la siguiente generación. Pero D'Arcy Thompson vio que faltaba algo en esa teoría.

Su propuesta fue analizar las leyes matemáticas que había detrás de los saltos evolutivos. Las abejas no construyen colmenas hexagonales (más bien prismáticas) por azar, sino que esa forma les permite almacenar la mayor cantidad de miel con la menor posible de cera. Las cornamentas de muchos animales presentan formas que obedecen a las matemáticas y a las leyes físicas, lo mismo que las rayas de una cebra o las manchas de un leopardo.

No olvidemos que tanto Darwin como D´Arcy Thompson trabajaban en una situación previa al descubrimiento del ADN y, por tanto, muy limitada. En 1865, Gregor Mendel había presentado sus Leyes de la herencia, pero sus resultados fueron ignorados hasta que Erich von Tschermak, Hugo de Vries, Carl Correns y William Jasper Spillman los redescubrieron más de 30 años después. Hoy, las leyes de Mendel son un hito en el desarrollo de la teoría de la probabilidad y la estadística.

Las matemáticas y la biología van de la mano desde hace ya muchos años y ese encuentro promete ser cada vez más fructífero. Sobre estos temas hablamos en nuestro último libro, Las matemáticas de la biología: de las celdas de las abejas a las simetrías de los virus, publicado por Catarara en la colección Miradas Matemáticas.
La biología no se puede entender sin matemáticas

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Gabriel Pérez Mateos

Un dinosaurio tamaño colibrí ilustra la evolución de las aves

Un pequeño cráneo parecido al de un pájaro podría representar al dinosaurio mesozoico más pequeño conocido en el registro fósil, que ha sido denominado Oculudentavis khaungraae.

Un dinosaurio tamaño colibrí ilustra la evolución de las aves

Mientras trabajaba en fósiles del norte de Myanmar, Lars Schmitz, profesor asociado de biología en el Departamento de Ciencias WM Keck, y un equipo de investigadores internacionales descubrieron un espécimen de cráneo aparentemente maduro conservado en ámbar birmano. El tamaño del espécimen está a la par con el del colibrí abeja, el ave viva más pequeña.

Un dinosaurio tamaño colibrí ilustra la evolución de las aves

   "La preservación en ámbar de vertebrados es rara, y esto nos proporciona una ventana al mundo de los dinosaurios en el extremo más bajo del espectro del tamaño del cuerpo --señala Schmitz--. Sus características anatómicas únicas apuntan a una de las aves más pequeñas y antiguas jamás encontradas".

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Gabriel Pérez Mateos

Las ciencias ómicas serán clave en el desarrollo de la medicina del futuro

Las ciencias ómicas serán clave en la medicina del futuro y permiten ya analizar gran cantidad de datos en una sola muestra, generando grandes volúmenes de información muy relevante en muy poco tiempo.

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Gabriel Pérez Mateos