jueves, 8 de marzo de 2018

LA AVISPILLA DEL CASTAÑO HA LLEGADO A ESPAÑA DESDE ASIA ORIENTAL


La primera cita Europa de avispilla del castaño se registró en el norte de Italia de en el año 2002. Diez años después en 2012, había alcanzado en Cataluña, y, desde entonces se ha extendido por la cornisa cantábrica y Galicia, alcanzando incluso la provincia de Málaga. Las alarmas se dispararon cuando las cosechas de castañas empezaron a verse amenazadas.

Junto a hayas y robles, el castaño es uno de los componentes más característicos de los boques y sotos caducifolios de España.

La cada globalización de la economía y el comercio ha propiciado que estemos asistiendo a una agudización del problema de las especies invasoras en todo el mundo, intensificado también por el cambio climático.

La avispilla del castaño pertenece al grupo de los himenópteros cinípidos, una amplia familia de insectos conocidos como “avispas de las agallas”. Son fitófagos muy especializados e inducen en sus hospedadores la producción de agallas vegetales o cecidias. Estas agallas se definen como unas estructuras anormales que la planta genera como reacción del ataque del insecto y en cuyo interior las larvas encuentran alimento, cobijo y protección frente a los depredadores.
Dado que el insecto se encuentra protegido en el interior de la agalla y que las cecidias son invisibles durante una buena parte de su ciclo biológico, es prácticamente imposible combatir la plaga con productos químicos. Lo cual, aunque fuera posible, tampoco sería aconsejable desde el punto de vista ambiental.







REVISTA: Quercus, Diciembre 2017
Paula González Cividanes

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