Si nosotros revisamos la historia y profundizamos en lo que pasó exactamente en cada etapa, nos damos cuenta de que hay muchos misterios sin resolver.
La Edad del Bronce, es una etapa llena de misterios e incógnitas. Por ejemplo: todos los que rodean al estaño, metal que se combina con el cobre para endurecerlo y obtener el útil y preciado bronce.
Todo esto viene a consecuencia, de que en el mundo hay muy poco, y la pregunta que se hacen es cómo se le ocurrió a alguien usarlo y cómo se dispersó tan rápido.
También otro caso fue el rápido avance de la metalurgia, excepto la elaboración del acero.
Muchos historiadores creen que a esta etapa se la debería llamar Edad de las Aleaciones, ya que muchos de los objetos que creemos son puros, en realidad están formados por una composición química variada. Es más, la composición del bronce cambia según la región. Con eso, llegan a la conclusión, de que las primeras civilizaciones sabían que mezclando bronce con diversos minerales podrían hacerlo mucho más duro, maleable...
En Sumeria, es dónde comenzó a usarse el bronce. Ningún pueblo ha alcanzado las cotas de creatividad que la de los habitantes de este pueblo. En el libro La historia empieza en Sumer, Samuel Noah Kramer, un historiador y asiriólogo, identifica las treinta y nueve invenciones surgidas entre esa gente: las escuelas, los relojes, las bibliotecas, los códigos jurídicos, los calendarios, los jardines, las canciones de amor...
La Edad del Bronce fue una época que empezó llena de misterios y acabó de la misma manera.
Patricia Asensio Rivera, 4ºA
Revista: Muy Interesante.
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