miércoles, 7 de marzo de 2018

POBLACIONES AISLADAS DE SALAMANDRA COMÚN Y TRITÓN PIGMEO EN MÁLAGA


Las alteraciones del hábitat y la falta de puntos de agua adecuados para reproducirse suponen dos graves amenazas para los anfibios malagueños. Muy en particular, para la salamandra común y el tritón pigmeo, dos urodelos que cuentan con algunas poblaciones aisladas y son, por lo tanto, mucho más frágiles.
Ha podido actualizarse la situación de muchas especies y los urodelos recibieron desde el principio una atención preferente. En concreto, interesaba conocer el estado de conversación de la salamandra común y el tritón pigmeo, que tienen áreas de distribución reducidas y requerimientos ecológicos exigentes.

 Ahora, por fin, ha sido posible revisar y actualizar la distribución tanto de la salamandra común como del tritón pigmeo en la provincia de Málaga. El trabajo se ha basado en prospectar una malla de cuadriculas UTM de 10 kilómetros de lado, con especial hincapié en los bordes de las áreas de ocupación conocidas, así como en los espacios situados entre diferentes núcleos de población. Todo ello con la finalidad de alcanzar un conocimiento más preciso de la entidad de las poblaciones locales y su estado de conservación.


Las alteraciones del hábitat y la falta de puntos de agua adecuados para reproducirse suponen dos graves amenazas para los anfibios malagueños. Muy en particular, para la salamandra común y el tritón pigmeo, dos urodelos que cuentan con algunas poblaciones aisladas y son, por lo tanto, mucho más frágiles.

Ha podido actualizarse la situación de muchas especies y los urodelos recibieron desde el principio una atención preferente. En concreto, interesaba conocer el estado de conversación de la salamandra común y el tritón pigmeo, que tienen áreas de distribución reducidas y requerimientos ecológicos exigentes.
 Ahora, por fin, ha sido posible revisar y actualizar la distribución tanto de la salamandra común como del tritón pigmeo en la provincia de Málaga. El trabajo se ha basado en prospectar una malla de cuadriculas UTM de 10 kilómetros de lado, con especial hincapié en los bordes de las áreas de ocupación conocidas, así como en los espacios situados entre diferentes núcleos de población. Todo ello con la finalidad de alcanzar un conocimiento más preciso de la entidad de las poblaciones locales y su estado de conservación.

REVISTA: Quercus, Diciembre 2017
Paula González Cividanes

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