Comparadas con otras secreciones corporales, las lágrimas apenas están estudiadas. La recolección de las gotas saladas es ardua: los donantes llorones escasean, los hombres raramente se prestan voluntarios a la labor y las lágrimas han de ser frescas para poder analizar debidamente su composición.
Sobel, que trabaja en el Instituto Weizmann de Ciencia en Rejóvot, descubrió en 2011 que las lágrimas femeninas contienen feromonas que reducen los niveles de testosterona de los varones cercanos. Pero las investigaciones han avanzado a paso de tortuga porque las moléculas se degradan con facilidad.
A fin de conservar intacta la composición de las lágrimas, Sobel y su equipo han ideado un método de congelación ultrarrápida a base de nitrógeno líquido que reduce rápidamente la temperatura de la muestra de gotas por debajo de –80 grados centígrados. El proceso conserva la mayoría de los compuestos de la lágrima, aseguran los inventores, que prevén publicar sus resultados a finales de año.
Sobel espera que los estudiosos interesados puedan escoger del archivo lágrimas por edad y sexo; por ejemplo, 200 muestras de varones blancos, de 18 a 25 años de edad. Este acceso personalizado aceleraría los experimentos que abordan numerosas incógnitas acerca de la bioquímica del lloro: ¿influyen las lágrimas en el humor o el apetito? ¿Son distintas las masculinas de las femeninas?
Marta Esteban Hernández 4A
Fuente de Información Scientific American
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