Hace treinta años, Formentera albergaba el
núcleo reproductor más importante de pardela balear. Numerosas parejas
nidificantes se repartían por las grietas y cuevas de todos los acantilados de
la isla. La pardela balear es el ave marina más amenazada de Europa. Durante su
periodo reproductor obtiene sus recursos en todo el Mediterráneo occidental,
desde el litoral magrebí hasta las costas peninsulares. Después de criar migra
hacia el Atlántico y regresa al Mediterráneo en otoño.
MÁS GATOS QUE NUNCA
De todas sus colonias conocidas, la de
Formentera es la que parece haber sufrido precisamente una regresión más
acentuada. Su antigua abundancia es hoy un recuerdo. Las situadas en pequeñas
islas deshabitadas no se han enfrentado a una merma tan drástica. La regresión se debe a los depredadores
terrestres, en particular a los carnívoros, comadrejas y gatos. La población rural
mantenía controlados a estos animales y evitaba la proliferación con métodos frásticos,
sobre todo a través del sacrificio de neonatos.
REVISTA: Quercus, Junio 2018
Paula González Cividanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario