En este caso, Steeve Iuncker, se fue en busca de la ciudad más fría del mundo. Esta es la capital de la región siberiana, conocida cómo República de Sajá.
Según Iuncker "No hay lugar en la Tierra que experimente semejante extremo térmico".
En los veranos, los termómetros pueden llegara hasta los 29º, pero en los inviernos la temperatura puede caer hasta los -40º.
La temperatura más baja registrada en este lugar fue de -64º.
Yakutsk, fue el lugar más difícil de fotografiar debido a que todo son nieblas y hielo. Además, cada vez que intentaba hacer una fotografía y salía a la calle, la cámara se le cubría instantáneamente de hielo y el mecanismo de este se bloqueaba por la congelación.
En este proyecto también se intentó averiguar las emociones y comportamientos que provocaba este entorno tan extremo.
Iuncker dice que en un mercado no vas a encontrar frutas y verduras frescas pero vas a encontrar pescado fresco y congelado.
Patricia Asensio Rivera, 4º A.
Revista: National Geographic
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