Los científicos están seguros de que ocurrirá, lo que desconocen es el cuándo. Algún día, la Tierra volverá a sufrir un impacto significativo por parte de un asteroide, como aquel que acabó con los animales terrestres más grandes hace 65 millones de años. Con frecuencia la Tierra se ve rodeada de estas rocas espaciales, que de vez en cuando se cruzan en su trayectoria, y rara vez son lo bastante grandes como para provocar de nuevo un cataclismo que acabe con la mayor parte de los seres vivientes, incluidos los seres humanos.
Por eso, existe un protocolo de intervención claro. Y no es para menos, dado que este escenario hipotético es un riesgo real, improbable, pero posible. La NASA dispone de un detallado plan para desviar asteroides potencialmente peligrosos con destino a la Tierra. Y no, para desilusión de los cinéfilos, Bruce Willis no está incluido.
El informe ha sido publicado por la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, y se titula de la siguiente manera: "Estrategia y plan de acción nacional para la preparación de objetos cercanos a la Tierra". El documento narra en solo 18 páginas tan complejo protocolo de actuación, con una previsión de 10 años vista, que se divide en cinco acciones fundamentales.
"El impacto de un asteroide es uno de los posibles escenarios para los que debemos estar preparados", en palabras de Leviticus Lewis, jefe de la Subdirección de Coordinación de Respuesta Nacional de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Nadie duda de que sea necesario este protocolo de actuación, que ha pasado ahora por una actualización importante. Ahora bien, ¿en qué consiste?
El informe detalla el protocolo de actuación, no solo cuando se produzca un avistamiento peligroso, sino también implementa soluciones y mejoras a la hora de detectar los propios objetos. En base, se pretende una optimización de los telescopios que ya se encuentran realizando un escrutinio de objetos que pueden ser peligrosos para la Tierra, y todo ello en una coordinación y cooperación constante entre países. Incluye, además, la petición de un protocolo de emergencia, pero este todavía no ha sido detallado.
Y ¿cómo lograr evitar el impacto de un asteroide peligroso? Muy sencillo: desviando su trayectoria. La NASA ya trabaja en dos misiones que podrían lograr este objetivo; una de ellas será lanzada a finales de 2021.
Alberto García Fontánez 4º A
Revista: El muy interesante
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