Según los investigadores, que han presentado sus conclusiones en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, celebrada en Baltimore (Estados Unidos), el bajo consumo de frutas causó casi 1,8 millones de muertes cardiovasculares en 2010, mientras que el bajo consumo de verduras causó otro millón. En general, el coste de la ingesta de frutas por debajo de lo indicado fue casi el doble que el de las verduras y los impactos más intensos se registraron en los países con el consumo promedio de frutas y verduras más bajo.
"Las frutas y verduras son un componente modificable de la dieta que puede afectar a las muertes prevenibles en todo el mundo -explica la autora principal del estudio, Victoria Miller, investigadora de la Universidad de Tufts (Estados Unidos)-. Nuestros hallazgos indican la necesidad de esfuerzos basados en la población para aumentar el consumo de fruta y verdura en todo el mundo".
Las frutas y verduras son buenas fuentes de fibra, potasio, magnesio, antioxidantes y fenólicos, que han demostrado reducir la presión arterial y el colesterol. También mejoran la salud y la diversidad de las bacterias beneficiosas en el tracto digestivo, por lo que las personas que consumen suficientemente estos alimentos también tienen menos probabilidades de tener sobrepeso u obesidad, lo que reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
"Las prioridades de nutrición global se han centrado tradicionalmente en proporcionar suficientes calorías, suplementar con vitaminas y reducir los aditivos como la sal y el azúcar -admite Dariush Mozaffarian, decano de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición en la Universidad de Tufts-. Estos hallazgos indican la necesidad de ampliar el enfoque para aumentar la disponibilidad y el consumo de alimentos protectores como frutas, verduras y legumbres, un mensaje positivo con un tremendo potencial para mejorar la salud mundial".
María Muñoz Jiménez
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