Con la vista puesta en Marte, la NASA investiga los efectos colaterales que tendrán las primeras misiones tripuladas. Varios experimentos demostraron que no será fácil evitar la contaminación biológica del planeta.
La NASA tiene desde hace años la vista puesta en viajar a Marte. Para lograr la que sería la hazaña más grande de la historia de la humanidad, hace años que diversas agencias espaciales están realizando pruebas y experimentos sobre los efectos y consecuencias que tendría un viaje tan complejo
Fueron los escritores de ciencia ficción los primeros que pensaron en la colonización de otros planetas por bacterias terrestres para la terraformación del mismo y hacerlo habitable para nuestra especie. Para la formación de una atmósfera y entorno “amigables”, se han de cumplir requisitos geofísicos, geoquímicos y astrofísicos, así como la generación de vida unicelular, multicelular y microbiótica. Sin embargo, en los planes actuales de colonización de Marte no entra la terraformación y por lo tanto el uso de bacterias terrestres en suelo marciano.
Hace unos años se pusieron en marcha varias investigaciones que buscaban evitar la contaminación biológica de Marte. Como es prácticamente imposible la descontaminación biológica total de los equipamientos y del personal que, llegado el caso, se mande a Marte, es necesario conocer las consecuencias que tendría esta visita no deseada.
Sobre la posibilidad de mandar equipos contaminados con bacterias a Marte, Kasthuri Venkateswaran, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, señala que: “si es posible reducir las cifras a unos niveles aceptables de higiene, podemos asumir que bajo las extremas condiciones del viaje interplanetario no sobrevivirá ninguna forma de vida”.
Para tal fin, se llevaron a cabo tres experimentos diferentes por parte de tres equipos de investigadores en la Estación Espacial Internacional recreando las condiciones del viaje a Marte.
¿Podrán las bacterias colonizar Marte?
El primero de ellos utilizó el módulo EXPOSE-E, diseñado para realizar experimentos de astrobiología en la ISS. Los científicos expusieron durante 18 meses a algunos de los organismos más resistentes conocidos a las condiciones del espacio.
Gracias a este experimento se pudo observar cómo algunas de estas bacterias eran resistentes incluso a las más duras condiciones, como el vacío espacial, grandes fluctuaciones de temperatura, radiación electromagnética procedente del sol y radiación cósmica.
En el segundo experimento, diseñado por investigadores del Centro Aeroespacial Alemán, el Instituto Tecnológico de California y el Laboratorio de Propulsión, las bacterias fueron expuestas a condiciones espaciales durante otros 18 meses. En este caso se utilizó la Instalación Europea de Tecnología Expuesta, también en la ISS. Dadas las características de la instalación, se pudo mantener a las bacterias en el espacio exterior sin la protección que ofrece la ISS. Tras el tiempo de experimentación, entre un 10 y un 40% de las esporas aun sobrevivían al contrario de las tasas de supervivencia en el interior de la ISS, que era de entre un 85-100%.
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