Un equipo internacional de científicos ha logrado medir isótopos de helio contenidos en diamantes profundos traídos a la superficie por violentas erupciones volcánicas, para detectar las huellas de este antiguo depósito, escondido a más de 410 kilómetros bajo el nivel del mar en el manto de la Tierra.
Después de la formación de la Tierra, la actividad geológica violenta y los impactos extraterrestres interrumpieron el joven planeta, lo que significa que no queda casi nada de la estructura original de la Tierra.
Pero en los años 80, algunos geoquímicos encontraron lavas de basalto con proporciones de isótopos de helio 3 y helio 4 mucho mayores de lo que esperaban; es decir, estas lavas de basalto reflejaban la misma proporción de isótopos que meteoritos muy antiguos que habían cambiado la estructura de la Tierra. Los isótopos estables no se descomponen, dado que la medición de éstos es un marcador geológico, que indica la antigüedad de estas lavas basálticas: eran materiales antiquísimos, de la etapa violenta de bombardeo de rocas extraterrestres que golpeó la Tierra en sus primeras etapas de formación; y cuya composición no había cambiado en los últimos cuatro mil millones de años.
Samuel Fontánez Antón
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