sábado, 2 de junio de 2018

ERRORES EN CADENA


Tendemos a copiar, unos de otros, toda clase de descripciones y representaciones de la naturaleza. De modo que a veces viajan juntas las informaciones fiables y erróneas.
Un científico que cometa un error, formule una apreciación inexacta o caiga en una concesión a la fantasía, da igual que sea de modo consciente o inconsciente, puede iniciar una secuencia de errores encadenados. A medida que subsiguientes autores copien, unos de otros, la información errónea, ésta se perpetuará hasta encontrar quien la desenmascare. 

En el siglo XVI aún eran pocas las noticias que habían llegado a Europa sobre los tucanes.  El autor de la mayor y mejor compilación zoológica de la época no quería que en sus obras faltase tal criatura. Por lo que consiguió un pico de tucán e hizo un grabado que debía ilustrar a tan raro animal. El resultado fue un grabado en el que se distingue con claridad el pico del tucán toco, representado cuidadosamente, pero el resto del cuerpo dejaba bastante que desear.

Posteriormente se consultó la descripción original de Thevet, donde puede comprobarse como el cuerpo del animal era totalmente distinto a la descripción de Conrad Gessner, el autor del que hablé anteriormente.



REVISTA: Quercus, Junio 2018
Paula González Cividanes

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