sábado, 2 de junio de 2018

¡LARGA VIDA A AMUS!



El hecho de que España destaque por su biodiversidad tiene como lado perverso que los impactos en su medio natural alcancen la magnitud que reflejan las cifras de animales electrocutados, envenenados o atropellados.

 Quizá sea también el motivo por el que los centros de recuperación de animales salvajes desempeñan en nuestro país una labor que nos parece insustituible.  Su papel sintoniza con la demanda de la suciedad y el derecho de los ciudadanos a una vida silvestre bien conservada. Y, por supuesto, a que los animales heridos puedan ser atendidos y rehabilitados en las mejores condiciones posibles, cuando son víctimas, con más frecuencia de la deseable, de los daños que causan las actividades humanas.  Amus (Acción por el Mundo Salvaje) ve ahora mismo peligrar su continuidad debido a apuros causados por los recortes presupuestarios, tras una trayectoria de décadas  atendiendo a decenas de miles de animales que ingresaron en sus instalaciones con problemas diversos y a los cuales se les dio una segunda oportunidad de rehacer su vida en libertad.

REVISTA: Quercus, Junio 2018
Paula González Cividanes

No hay comentarios:

Publicar un comentario