martes, 20 de diciembre de 2016

Sexualidad primitiva


Las nuevas huellas halladas en Tanzania revelan cómo era nuestra sexualidad primitiva.

Un equipo de arqueólogos tanzanos e italianos descubre catorce nuevas pisadas en Tanzania, atribuidas al homínido 'Australopithecus afarensis', nuestro antepasado remoto

El año pasado se descubrieron catorce nuevas pisadas de nuestros ancestros más lejanos en el yacimiento de Laetoli, en Tanzania, a sólo 150 metros de las pisadas halladas en 1976, atribuidas al homínido Australopithecus afarensis y consideradas las más antiguas del mundo, de 3,6 millones de años de antigüedad. Las nuevas pisadas se encuentran en el mismo estrato de ceniza solidificada que las anteriores y muestran la misma orientación, por lo que debieron de pertenecer al mismo grupo de homínidos. Las huellas corresponden a dos individuos bípedos (S1 y S2) que se desplazaron en la misma dirección y a través de una gruesa capa de fango y ceniza procedente de una erupción volcánica, según reveló ayer un equipo de arqueólogos tanzanos e italianos, que ha publicado el hallazgo en eLife. Numerosas huellas de otros mamíferos, insectos y aves han sido halladas alrededor y también las marcas dejadas por las gotas de lluvia al caer sobre la superficie.

Las pisadas han sido limpiadas cuidadosamente con cepillos suaves y han sido medidas, fotografiadas y estudiadas a fondo. Estos vestigios arqueológicos tan excepcionales aportan información sobre la biomecánica de la locomoción, sobre el tamaño corporal de los homínidos extintos, sobre su diversidad e incluso sobre sus estrategias reproductivas. Y las conclusiones son las siguientes: uno de los dos individuos, probablemente masculino, medía 1,65 metros de altura y pesaba unos 44,7 kilos; el otro individuo, probablemente femenino, medía 1,46 metros de altura y pesaba unos 39,5 kilos. El individuo masculino sería, por tanto, el Australopithecus afarensis más alto que se conoce. Lucy, el ejemplar más célebre de esta especie, medía menos de 110 centímetros de altura. Las controvertidas conclusiones también sugieren un comportamiento social típico de los gorilas, es decir, un grupo de hembras conviviendo con un único macho, lo que equivaldría a un harén en el lenguaje biológico.
Darío Covaleda Martín 4ºA

No hay comentarios:

Publicar un comentario