viernes, 27 de noviembre de 2020

Qué es una PCR: cómo se hace y cómo interpretar los resultados


En España, hasta el 19 de noviembre de 2020, se han llevado a cabo 21 917 246 pruebas para detectar casos de COVID-19, entre las que se incluyen 15 815 107 pruebas PCR. Te descubrimos todo lo que debes saber sobre ellas: en qué consisten, cuándo y cómo se hacen.







Tendemos a escuchar hablar de las pruebas de COVID-19 como si únicamente se tratara de una sola, pero lo cierto es que existen pruebas diferentes destinadas fundamentalmente a detectar una infección actual o pasada de SARS-CoV-2 , el virus que causa COVID-19.

Es cierto que las diferentes pruebas existentes hasta el momento pueden llegar a ser confusas. Y, en ocasiones, no está del todo claro por qué se llevan a cabo, cuáles son verdaderamente las implicaciones y limitaciones de sus resultados.


Por lo general, las pruebas de COVID-19 se dividen fundamentalmente en un total de tres categorías principales: PCR,antígeno y anticuerpos. A medida que cada día se llevan a cabo miles de pruebas en nuestro país, es conveniente fortalecer la comprensión sobre estas pruebas.

¿Qué es una PCR?

Una reacción en cadena de la polimerasa (PCR) consiste en una técnica de laboratorio que se utiliza con la finalidad de detectar pequeñas cantidades de material genético de una muestra (en este caso, ARN del coronavirus SARS-CoV-2). Así, si existe la suficiente cantidad de material genético viral dentro de la muestra del individuo, que puede ser amplificada por encima de un nivel determinado, se considera que esa persona es “positiva” para dicho virus.


En definitiva, la prueba de PCR es útil para indicar al especialista si la persona en cuestión tiene la infección en el momento en que fue tomada la muestra. Posee una alta tasa de precisión cuando es llevada a cabo por profesionales capacitados. Es más, se trata de una prueba muy sensible, capaz de detectar niveles muy bajos de material genético de una muestra.

No obstante, es importante que la muestra con hisopo de la garganta y de la nariz se lleven a cabo correctamente, y en el momento adecuado una vez se ha producido la infección, con la finalidad de garantizar que haya suficiente virus en la muestra obtenida del paciente.

¿Cómo funciona y cómo se hace una prueba de PCR?


La prueba de PCR requiere que se tome una muestra del tejido de la nariz y/o de la garganta del paciente con la ayuda de un hisopo, el cual se encuentra cubierto con un material absorbente. A continuación, se hace girar el hisopo durante alrededor de 15 segundos, y luego se retira con cuidado.

Finalmente, la muestra obtenida es enviada a un laboratorio para su análisis. Es importante que la muestra sea recogida aproximadamente una semana después de que la persona se haya infectado, incluso aunque no presente síntomas (es decir, sea asintomática). 




Debemos tener en cuenta que las muestras son únicamente útiles cuando la infección por coronavirus se encuentra activa. Por lo que, una vez que la infección ha desaparecido, la prueba no será útil y no indicará si la persona ha sido infectada anteriormente o no, porque el material genético viral ya no se encuentra presente en el cuerpo.

Cómo entender los resultados de la prueba de PCR

Se trata, como te hemos indicado, de una prueba muy sensible, pero es importantísimo que se lleve a cabo correctamente con la finalidad de garantizar que existe la suficiente cantidad de virus en el hisopo. Pero, como ocurre con todas las pruebas médicas, no son perfectas.


Hasta el momento, los estudios han sugerido que hasta un 30 por ciento de los resultados son inexactos, mientras que, con las pruebas de COVID-19, los falsos negativos parecen ser bastante más comunes que los falsos positivos (se sitúa entre un 2 y un 37 por ciento). Por tanto, si se obtiene un resultado positivo, es muy probable que se tenga el virus.

Por ejemplo, podría ocurrir un falso negativo si el profesional de la salud que se ocupa de tomar y recoger la muestra no profundiza lo suficiente en la garganta o en la nariz, por lo que no recolectará una buena muestra. Además, el momento en el que se lleva a cabo es igualmente importante. Las infecciones podrían pasarse por alto si la prueba en cuestión se lleva a cabo demasiado pronto después de la exposición, tal y como mostró una investigación publicada en el mes de junio de este mismo año.


Pero también podría ocurrir lo contrario. Es decir, en ocasiones, una vez el virus ha sido eliminado, es posible que todavía quede mucho material genético en el cuerpo. Esto podría hacer que una persona dé positivo incluso cuando no se encuentre activamente enfermo. De esta manera, según los expertos, hacerse la prueba alrededor de cinco días después de una posible exposición parece ser el mejor momento.

¿Una PCR puede llegar a doler?

Dado que no estamos acostumbrados a que se coloque ningún objeto en el interior de la nariz, es común que muchas personas se sientan incómodas en el momento de llevarse a cabo esta prueba.


Es posible experimentar varias sensaciones distintas durante la prueba de PCR para COVID-19. Por ejemplo, quienes se la han realizado informan de ardor profundo en el interior de la nariz, dolor transitorio, estornudos, tos, y arcadas (cuando el hisopo entra en contacto con la parte posterior de la garganta).

La prueba puede llegar a ser incluso más complicada cuando se tienen los conductos nasales bloqueados a consecuencia de una alergia, o por síntomas similares a los de un resfriado común o pólipos nasales.

En cualquier caso, por lo general se trata de una prueba en la mayoría de los casos indolora, esencial a la hora de detectar posibles casos positivos o negativos de COVID-19.



También te puede interesar:
Covid-19: por qué las primeras vacunas exigen congelación

Ainoa Esteban Nieto

No hay comentarios:

Publicar un comentario