miércoles, 12 de junio de 2019

El declive del aguará guazú (Alejandro)

El mayor cánido de América del Sur está en regresión. ¿Por qué?

El aguará guazú, o lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), es el mayor cánido de América del Sur. Históricamente la especie se hallaba en seis países: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay.  Hoy, en cambio, está catalogada como casi amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, porque está sufriendo una clara regresión, sobre todo en las zonas más meridionales: prácticamente ha desaparecido de Uruguay, de gran parte del estado de Río Grande del Sur en Brasil y de todas las latitudes superiores a los 32 grados en Argentina.

Para esclarecer las causas de dicho declive, los científicos empleamos modelos matemáticos que permiten establecer la relación entre el patrón de distribución actual del aguará guazú y los factores ambientales que podrían estar afectándolo. En un trabajo publicado el pasado abril en Mammalian Biology, nuestro grupo ha analizado un gran número de dichos factores, entre ellos el espacio geográfico ocupado por el cánido, el tipo de cobertura del suelo (bosques, pastos, cultivos, marismas), la actividad humana, la topografía y el clima. Nuestros resultados indican que una combinación del espacio ocupado, la proporción de hábitats naturales abiertos y alejados de zonas de alta actividad humana (como carreteras y ciudades), y una elevada precipitación anual explican la distribución actual del aguará guazú.

La dinámica de tal distribución aún responde al origen biogeográfico histórico de la especie, configurado por las fluctuaciones climáticas de finales del Pleistoceno e inicios del Holoceno. Un núcleo de alta densidad de individuos en el Cerrado (zona de sabana tropical) de Brasil, rodeado de territorios favorables en el sureste y centro de ese país, el sur de Paraguay y el noroeste de Argentina, parece definir bien esa dinámica. La pérdida de poblaciones se registra mayoritariamente en las regiones periféricas. La lejanía respecto al núcleo hace a estas poblaciones más vulnerables, que sufren, además, la transformación del uso del suelo, de pastos nativos a zonas agrícolas y ganaderas. También se ven afectadas por el tráfico de vehículos y la mayor densidad poblacional humana, unas alteraciones que se han intensificado durante la última década. Esta situación está reduciendo muy posiblemente la diversidad genética del aguará guazú y la viabilidad de su población global. Los resultados de nuestro estudio pueden ayudar a definir medidas de gestión y conservación adecuadas para salvar a este mamífero emblemático de Sudamérica.



Alejandro Herrero 4ºA
IYC

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