miércoles, 12 de junio de 2019

Exopolisacáridos microbianos (Alejandro)

En los ambientes hipersalinos vive una diversidad de bacterias que producen sustancias de interés comercial.
Numerosos hongos y bacterias presentan en su cubierta externa unas sustancias, los exopolisacáridos, que ejercen funciones biológicas esenciales. Además de facilitar la adhesión a otros organismos y a superficies inertes, ofrecen protección frente a las amenazas externas, como el ataque de virus, protistas y células inmunitarias, la acción de compuestos tóxicos y las condiciones ambientales extremas.

En la naturaleza los exopolisacáridos facilitan el desarrollo de asociaciones microbianas en forma de biopelículas. El sarro de los dientes, así como las incrustaciones que se acumulan en la superficie de los barcos, en las tuberías o en las prótesis, son ejemplos de biopelículas que causan numerosos problemas económicos y sanitarios.

Pero, a pesar de esos efectos perjudiciales, los exopolisacáridos presentan diversas aplicaciones biotecnológicas de gran interés. Su composición química y sus características físicas les otorgan propiedades viscosizantes, gelificantes o emulgentes. Destacan el xantano y el gelano, aprobados como aditivos alimentarios (E-415 y E-418, respectivamente) y empleados para la preparación de helados, salsas, mermeladas y jaleas. Ambos se utilizan también en la industria farmacéutica, textil, petrolera y agrícola.

Las bacterias halófilas que viven en el mar y en ambientes hipersalinos son una fuente poco conocida de exopolisacáridos. Nuestro grupo ha descrito varios de ellos. El maurano, sintetizado por Halomonas maura, tiene propiedades viscosizantes semejantes a las del xantano; los exopolisacáridos de Halomonas eurihalina son capaces de gelificar a pH ácido; los de Halomonas ventosae son emulgentes; y el de la cepa HK30 de Halomonas stenophila presenta una elevada actividad floculante. Todos son apropiados para ser utilizados en las industrias alimentaria y petrolera. También destacan los de Salipiger mucescens y Alteromonas stellipollaris por su elevado contenido en fucosa, un monosacárido de gran interés en la industria cosmética y como probiótico; y el de la cepa B100 de Halomonas stenophila, que induce selectivamente la apoptosis (muerte celular) de linfocitos T en la leucemia humana.

Sin duda, el mar y los hábitats hipersalinos son una fuente de productos de gran valor biotecnológico, y todavía quedan muchos que aún están por descubrir.


Alejandro Herrero 4ºA
IYC

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