En Vietnam, las abejas melíferas asiáticas utilizan heces para repeler a las parientes de las «avispas asesinas». El hallazgo podría ayudar a proteger a las abejas de las avispas invasoras en otros países.
En Asia oriental, las abejas melíferas deben afrontar los ataques constantes de un enemigo temible: los avispones gigantes. Estos depredadores liquidan a las abejas a nivel individual, pero también realizan invasiones grupales de las colmenas. En un ataque brutal, estas enormes avispas decapitan a toda abeja con la que se encuentran y después ocupan la colmena y se toman su tiempo para devorar las larvas de las abejas.
Para defenderse de las avispas, las abejas melíferas asiáticas han desarrollado varias tácticas creativas, como envolver a las invasoras en «bolas de abejas» en las que mueren de calor.
Pero una nueva investigación sobre las abejas en Vietnam desvela un truco aún más extraño: cubrir la entrada de la colmena de excrementos de animales.
Esta medida no solo repele a los avispones, sino que también es el primer ejemplo claro de uso de herramientas en abejas melíferas, señala Heather Mattila, entomóloga del Wellesley College, en Massachusetts, y coautora del estudio, publicado el 9 de diciembre en la revista PLOS ONE.
Antes de este estudio, los investigadores no habían estudiado qué causaba las marcas negras que suelen observarse en las entradas de las colmenas en Vietnam y en otras partes del Sudeste Asiático. Mattila y sus colegas verificaron que el material oscuro era el excremento de varios animales, como pollos y vacas. Los investigadores también documentaron que las heces repelen a una especie denominada Vespa soror, cuyo nombre común es avispón gigante.
Averiguar al fin lo que habían estado haciendo las abejas «fue increíble», afirma Mattila, cuya investigación fue financiada en parte por la National Geographic Society. Es «uno de los aspectos más interesantes que ha explorado nuestro grupo [de investigación]».
El estudio tiene aún más importancia porque la Vespa soror es la pariente más cercana de la especie Vespa mandarinia, conocida como avispón gigante asiático o «avispa asesina», cuyo reciente descubrimiento en el Pacífico Noroeste ha suscitado intriga a nivel mundial.
Comprender cómo el comportamiento de estas abejas vietnamitas repele los ataques de las avispas podría tener aplicaciones para la protección de las abejas melíferas de otros países, incluido Estados Unidos, señala Mattila.
Por no mencionar, dice en broma, «que la combinación de “avispas asesinas” y caca es bastante interesante».
Disuasión con excrementos
Mattila y sus colegas, que pasaron cientos de horas observando a las abejas de un colmenar vietnamita, descubrieron que las abejas melíferas empezaron a añadir heces a las entradas de sus colmenas tras los ataques naturales de las avispas gigantes. Analizando más de 300 ataques de avispas grabados en vídeo, el equipo determinó que las avispas eran menos propensas a rondar la entrada de la colmena o iniciar una invasión cuando la colmena estaba más cubierta de heces.
Los investigadores también descubrieron que colocar un papel empapado con los extractos de los cuerpos de los avispones cerca de la entrada de la colmena también hacía que las abejas empezaran a cubrirla de excrementos.
No está claro cómo esta capa fecal repele a las avispas. Parece que a los insectos no les gusta el olor, pero también es posible que no quieran morder un nido cubierto de excrementos, un comportamiento que agranda la apertura de la colmena para facilitar el ataque, indica Mattila.
Las heces también podrían funcionar como una especie de camuflaje olfativo. «Normalmente, las colmenas huelen a miel y cosas dulces» y las avispas pueden usar este olor para encontrarlas, afirma Lars Chittka, que estudia la percepción y el comportamiento de las abejas en la Universidad Queen Mary, en Londres. «Es posible que las heces tengan un olor desagradable y enmascaren [el olor]».
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