Los expertos advierten que los animales vendidos como mascotas son sometidos a condiciones inhumanas durante el transporte.
Las ranas muertas procedentes de las Islas Salomón, un archipiélago remoto en el Pacífico Sur, ejemplificaron cómo hace cumplir Estados Unidos las normas que protegen el bienestar de los animales. Y, según los expertos, no para bien.
Era 1995 cuando llamaron a un inspector de fauna del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, en Nueva York, para comprobar un cargamento de animales que acababa de llegar. Cuando abrió una de las cajas de madera, lo primero que vio fue escincos. Los lagartos parecían lo suficientemente sanos.
Pero en otro compartimento halló decenas de ranas muertas y moribundas «aplastadas». El compartimento no tenía agua ni esponjas húmedas para mantenerlas hidratadas y no habían sido separadas para evitar lesiones. No era «una forma normal de transportar ranas», contó más adelante el inspector.
El importador, Bronx Reptiles, Inc., era un distribuidor comercial de animales al por mayor que traía animales vivos de todo el mundo en torno a dos veces por semana, según documentos judiciales. La empresa había recibido tres infracciones civiles del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos por el transporte inhumano e inadecuado de especies silvestres.
Esta vez, el gobierno presentó una causa penal. Bruce Edelman, dueño de Bronx Reptiles, fue declarado culpable y condenado a cinco años de libertad condicional y a pagar una multa de 10 000 dólares.
En la apelación, sus abogados alegaron que no había importado a los animales en condiciones insalubres deliberadamente y, por consiguiente, no debería asumir la responsabilidad. El tribunal revocó la sentencia y lo declaró no culpable.
Aunque esto ocurrió hace más de dos décadas, sigue teniendo un efecto escalofriante en los intentos de combatir en los tribunales el trato inhumano de animales salvajes importados. Según la portavoz Danielle Nichols, el Departamento de Justicia de Estados Unidos no es consciente de ningún juicio de ese tipo desde el fracaso del caso contra Bronx Reptiles.
La falta de repercusiones legales por el trato inhumano de mascotas exóticas ha ayudado a crear una industria en la que el «sufrimiento y maltrato de los animales y la avaricia humana tras ellos son» la norma, afirma Clifford Warwick, biólogo de reptiles independiente y especialista en bienestar animal.
Tradicionalmente, científicos, conservacionistas y legisladores han guardado silencio sobre el tema del bienestar animal en el comercio de la fauna silvestre, priorizando la protección de las especies y los ecosistemas sobre el bienestar de los animales. Pero ahora, cada vez más investigadores han empezado a exigir que el bienestar animal sea una prioridad en la conservación.
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