martes, 16 de marzo de 2021

La mayor o menor gravedad de covid-19 depende de unas mitocondrias sanas

 La adecuada respuesta inmunitaria frente a infecciones víricas, ya sea el SARS-CoV-2 o el virus de la gripe, requiere de unas células del sistema inmunitario con mitocondrias sanas


Nuestras células no tienen nada que envidiarle a las máquinas más sofisticadas que haya construido el ser humano. Están divididas en compartimentos –que llamamos orgánulos– que cumplen a rajatabla con las diferentes funciones que tienen asignadas: producir energía, fabricar y modificar proteínas, digerir sustancias externas, transportar sustancias o controlar la expresión del genoma entre otras.


En este reparto de tareas, las encargadas de producir la energía son las mitocondrias. Que además son esenciales para generar y modificar componentes celulares, regular la señalización celular o determinar la vida o la muerte de la propia célula.


Para entender hasta que punto son importantes basta saber que enfermedades como el síndrome metabólico, la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, el alzhéimer y párkinson están asociadas a la acumulación de mitocondrias deficientes en prácticamente todas las células, tejidos y órganos. Y lo mismo sucede con el envejecimiento.



Las mitocondrias del sistema inmune se dañan

El deterioro mitocondrial no deja indiferente al sistema inmune. Que, dicho sea de paso, es bastante complejo. A grandes rasgos podemos decir que consta de dos subsistemas interconectados: uno que actúa de forma inmediata y otro que se adapta, que aprende y que necesita un periodo de aprendizaje para actuar.


Al primero lo conocemos como sistema innato. Está formado por células como los macrófagos, los neutrófilos o las células asesinas, además del sistema del complemento y de proteínas como el interferón.


Al segundo lo denominamos sistema adaptativo y está formado por linfocitos B, que producen anticuerpos, y linfocitos T. Estos últimos tienen sus propias patrullas: unas que coordinan la respuesta del sistema inmunitario (linfocitos T ayudantes o Th) y otras dedicadas a eliminar células infectadas por virus, tumorales o simplemente dañadas (linfocitos T citotóxicos o Tc).


La presencia de mitocondrias dañadas afecta a casi todas estas células del sistema inmunitario y es un factor clave en su deficiente funcionamiento durante el envejecimiento (inmunosenescencia) y en la generación y mantenimiento de un estado de inflamación crónica conocido como inflamm-aging.



MARCO ALONSO VALENCIA


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