El esmalte de los dientes de los primates momificados ayuda a descubrir la ubicación del Reino de Punt, un mercado de lujo donde los antiguos egipcios compraban elementos para rituales.
El reino de Punt era uno de los mercados de artículos de lujo más importantes para los antiguos egipcios. Los jeroglíficos de la época muestran que la primera expedición a la Tierra de Dios, como la llamaban los marineros, se remonta al año 2500 a. C. y fue dirigida por el faraón Sahura. El objetivo de estos viajes a parajes lejanos, que se sucedieron con frecuencia hasta el fin de la civilización egipcia, era comprar incienso, mirra, marfil, pieles de leopardo, maderas preciosas y babuinos para usarlos en rituales de culto y adoración.Los arqueólogos modernos no habían encontrado hasta ahora ninguna prueba que determinara con certeza el lugar de origen de esta enigmática tierra; se creía que estaba en alguna parte de la costa del mar rojo, un golfo del océano Índico entre África y Asia. Sin embargo, un equipo de científicos, liderado por Nathaniel Dominy, primatólogo de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos, descubrió hace poco dos cráneos de babuinos de hace 3.300 años archivados en el Museo Británico que han ayudado a revelar la ubicación del reino de Punt, su trabajo fue publicado recientemente en la revista científica Elife.
Dominy cuenta por correo que los isótopos químicos del esmalte de los dientes de los babuinos, encontrados en el siglo XIX en una tumba egipcia de la ciudad de Tebas, dan pistas sobre su lugar de nacimiento. De acuerdo con el científico, el suelo y el agua de una región específica tienen una proporción distintiva de isótopos de oxígeno y estroncio que se guarda en la dentadura durante los primeros años de vida de los animales y permanece sin ningún cambio incluso cuando estos crecen y se trasladan a un país extranjero.
Los investigadores compararon los isótopos de los dos primates hallados en las tumbas egipcias con los de 155 babuinos de 77 ubicaciones diferentes en las costas de África para estimar su procedencia geográfica. Así, el equipo de Dominy pudo establecer que los babuinos momificados no solo no eran originarios de Egipto, sino que habían nacido en la ahora descubierta ubicación del reino de Punt, en la región de la actual Eritrea, Etiopía y el noroeste de Somalia. “La investigación comenzó cuando nos dimos cuenta de que podíamos usar a los babuinos como prisma para investigar la geografía del comercio marítimo temprano de los antiguos egipcios”, dice el investigador.El esmalte de los dientes de los babuinos contiene isótopos que permiten identificar su lugar de nacimiento.
Dominy afirma que los resultados de la investigación “son los primeros en dibujar un mapa de Punt utilizando datos empíricos”. Su trabajo, además, desafía a los estudiosos de las civilizaciones antiguas que han cuestionado siempre las habilidades náuticas de los primeros navegantes egipcios. “Comprobamos que los marineros egipcios viajaban distancias mucho más largas de las que se creía para comprar babuinos vivos”, concluye Dominy.
Estos primates, sagrados para los antiguos egipcios, representaban la encarnación de Thoth, uno de los dioses de la sabiduría, y simbolizaban a Amun-Ra, el gran dios del sol. Según Dominy, los sonidos que hacen los babuinos hacia el sol al amanecer pueden explicar por qué los adoraban. “Es posible que los antiguos egipcios fueran testigos de este comportamiento natural de los babuinos y que por eso los creyeran dignos de veneración”, dice Dominy. Y continúa: ”Las estatuas de babuinos en Egipto siempre están mirando hacia el este, hacia el sol naciente, con los brazos levantados. Este saludo es una postura de adoración común en las prácticas religiosas egipcias”
De acuerdo con la publicación científica, el babuino sagrado fue un motivo recurrente en el arte y la religión del antiguo Egipto: desde estatuillas predinásticas hasta tradiciones mortuorias, incluidas pinturas murales, relieves, amuletos y estatuas. Pearce Paul Creasman, arqueólogo del Centro Americano de Investigaciones orientales, le dijo en una entrevista a la revista Science que el hallazgo de Dominy y su equipo era un paso “muy importante para comprender mejor esta tierra misteriosa que todavía no entendemos del todo”.
La investigación de Dominy y sus compañeros ayuda a corroborar los registros escritos de un programa de cautividad de babuinos en el antiguo Egipto. “Al analizar los isótopos de otros cinco babuinos momificados descubrimos que había una especie de criadero de primates, ubicado probablemente en la ciudad de Memphis”, dice Dominy.
Los investigadores coinciden en que la navegación de larga distancia entre Egipto y Punt fue un hito importante en la historia de la humanidad porque impulsó la evolución de la tecnología marítima. “El comercio de artículos de lujo exóticos, incluidos los babuinos, fue el motor de las primeras innovaciones náuticas”, concluye el investigador. El trabajo también es clave para comprender mejor las antiguas rutas comerciales que dieron forma a las fortunas geopolíticas durante milenios, y evidencia la necesidad de realizar más investigaciones arqueológicas en Eritrea y Somalia, dos áreas actualmente poco estudiadas.
Lucía Herrero
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