La prenda está fabricada a partir de una combinación de piezas electrónicas. Todas son flexibles, lavables y han sido serigrafiadas en una disposición especial para optimizar la cantidad de energía que pueden acumular. Una simple camiseta puede convertirse así en una microrred portátil que recoge y almacena energía directamente del cuerpo humano, con la que es capaz de alimentar pequeños aparatos electrónicos. La clave es la combinación de tres elementos: pilas de biocombustible que se recargan con el sudor, dispositivos que utilizan la fricción y el movimiento para generar energía y supercondensadores capaces de almacenarla.
Esta microrred eléctrica ha sido desarrollada por un equipo de ingenieros especializados en nanobioeléctronica de la Universidad de California San Diego (UC) y forma parte de una nueva generación de tejidos flexibles e integrados que buscan revolucionar tanto la alimentación de gadgets y wereables como la forma en la que los utilizamos. "Al igual que una microrred urbana integra diversas fuentes de energía local y renovable, una microrred ponible integra dispositivos que recogen la energía de forma local en distintas partes del cuerpo", explica Lu Yin, estudiante de doctorado en la UC y coautor de un artículo aparecido esta semana en la revista Nature Communications.
Noelia Fontánez 4ºA
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