domingo, 13 de diciembre de 2020

¿‘Tarjeta amarilla’ a la vacuna de Pfizer?

 Hace unas horas, daba la vuelta al mundo la imagen de la primera persona a la que se le ha administrado la vacuna de Pfizer/BioNTech contra la COVID-19 en el Reino Unido fuera de ensayo clínico; un aspecto que resulta importante subrayar es que, antes que Margaret Keenan, de 90 años, unas 44 000 personas se han puesto la vacuna con el fin de asegurar su eficacia y seguridad, como se requiere en el proceso previo a la autorización. Si bien se trata de buena noticia, que algunos divulgadores científicos han catalogado de histórica, la administración de la esperada vacuna ha quedado levemente empañada por una noticia de última hora: la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido (MHRA) ha publicado un informe en el que se detalla la situación de dos trabajadores del Servicio Nacional de Salud británico (NHS), que habrían manifestado reacciones alérgicas en respuesta a la vacuna de Pfizer/BioNTech. 


Pese al número relativamente elevado de personas que ya se habían administrado la vacuna en ensayo clínico, una cantidad mayor de personas está expuesta a la vacuna después de la autorización, por lo que se espera que esta expansión revele posibles eventos adversos que no se observaron durante los ensayos, al igual que suele ocurrir con todos los medicamentos y vacunas. 


Como medida de precaución, la MHRA ha emitido una guía temporal dirigida al NHS por la que recomienda no vacunar a aquellas personas que presenten un historial de alergias, mientras realiza una investigación con el fin de comprender completamente cada caso y sus causas. Eso sí, la noticia ha alertado a la población, y las posturas reticentes a la vacuna, o incluso negacionistas, han invadido las redes sociales, generando desconfianza.



Comencemos por comprender en qué consistió la reacción alérgica experimentada por la vacuna en estas dos personas: se trata de reacciones anafilactoides, una respuesta que presenta algunas diferencias respecto a la anafilaxis pero que, en esencia, son muy similares. Sobre esto nos ilustra Saad Shakir, director de la Unidad de Investigación de Seguridad de los Medicamentos (DSRU): “Una reacción anafiláctica es una respuesta alérgica del cuerpo a sustancias externas como alimentos, medicamentos y vacunas. Las manifestaciones de la anafilaxia incluyen efectos sobre los sistemas cardiovascular, respiratorio, gastrointestinal y la piel en forma de erupción grave. La presión arterial puede bajar y la respiración puede volverse difícil”. 


Por esta razón, aclara, a las personas que se vacunan se les pide que permanezcan en el lugar de vacunación por un tiempo para ser vigiladas. Shakir continúa así: “Sin embargo, los eventos que parecen haber ocurrido después de la vacuna Pfizer en estas dos personas fueron reacciones anafilactoides, que son reacciones alérgicas que comparten algunas de las características de la anafilaxis, pero son menos graves. Tras la reacción, a ambas se les administró el tratamiento oportuno”. 


Y añade: “Tanto la anafilaxia como las reacciones anafilactoides y otras reacciones alérgicas tienen más probabilidades de ocurrir en personas que tienen antecedentes de alergias”. De ahí la recomendación de las autoridades sanitarias británicas. 






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