domingo, 13 de diciembre de 2020

Vacunas de ARN mensajero: un nuevo tipo de inmunización que no modificará tu ADN

 Supone un hito histórico para la Medicina la creación de una fórmula basada en este tipo de herramientas moleculares


La aprobación, por parte de las autoridades reguladoras británicas, de la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por Pfizer y BioNTech supone la llegada al mercado de un nuevo tipo de inmunización, las llamadas vacunas de ARN mensajero.

Estas vacunas tienen un mecanismo de acción distinto al de las vacunas empleadas hasta ahora, que, en líneas generales, se basan en la introducción en el organismo de un patógeno debilitado o una pequeña parte de este microorganismo para que las defensas 'aprendan' fácilmente a localizarlo y destruirlo.


En el caso de las vacunas de ARN mensajero, lo que la vacuna aporta es una especie de manual de instrucciones (el ARN mensajero), que lo que hace es indicar a nuestras propias células cómo producir la parte del patógeno (un antígeno) que es capaz de 'movilizar' al sistema inmunitario.

Es el propio organismo quien, siguiendo las pautas del ARN mensajero (ARNm), fabrica una proteína del virus que pese a ser totalmente inocua y no producir enfermedad, sí despierta al sistema de defensas y las prepara para combatir al patógeno infeccioso si en el futuro entran en contacto con él. La estrategia permite que el cuerpo desarrolle anticuerpos específicos y otras células defensivas (como los linfocitos T citotóxicos) muy eficaces y con memoria, por lo que serán capaces de reconocer y neutralizar a ese enemigo microbiológico si se lo encuentran.



VENTAJAS DEL ARN MENSAJERO

Este nuevo abordaje aporta varias ventajas con respecto a los procedimientos tradicionales de fabricación de vacunas, tal y como explicaba recientemente el investigador de la Universidad Vanderbilt (EEUU), Sanjay Mishra, en The Conversation.

Por un lado, el sistema evita tener que atenuar o extraer y purificar una proteína del patógeno en el laboratorio, un proceso que es complejo y exige tiempo y recursos. La obtención del ARN mensajero es más fácil y rápida que los procedimientos anteriores. Además, una sola molécula de ARN mensajero también puede conllevar la obtención de diferentes copias de la proteína deseada, lo que agiliza los resultados.


En ningún caso, la introducción de ARN mensajero en el organismo puede provocar alteraciones en nuestro propio ADN, tal y como han difundido algunos bulos.

"No se inyecta RNA codificante del SARS-CoV-2, sino un trocito de ARNm, que actúa como inmunógeno y despierta nuestra respuesta inmune adaptativa humoral y celular", explica el inmunólogo del CNIC Miguel Ángel del Pozo.

El ARN mensajero, continúa, es una cadena complementaria a la del ARN que codifica, en este caso, para las proteínas del virus. "Es imposible que un ARN mensajero se inserte en el material genético de nuestras células", subraya Del Pozo.

"Tras la inyección, la molécula guía la producción de proteínas en el interior de las células musculares, lo que alcanza su pico en las siguientes 24 o 48 horas", señala Mishra. Después de cumplir su función, el ARN mensajero es degradado por la propia célula, desaparece rápidamente.

No hay ningún riesgo de que se integre en el genoma. De hecho, una de las debilidades de las vacunas que se basan en ARN mesajero se deben a la fragilidad de estas moléculas.

Vacunas como la de Pfizer o Moderna exigen una conservación a temperaturas muy bajas precisamente porque esa es la mejor forma de mantener en buenas condiciones al ARN mensajero.



PABLO SÁNCHEZ PANIAGUA

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