jueves, 31 de mayo de 2018

EL MISTERIO DE LAS EXPLOSIONES RÁPIDAS DE RADIO


Los astrónomos se afanan en descubrir qué es lo que causa unos potentes estallidos de radiación en el cosmos distante.
Un día de principios de 2007, David Narkevic, un alumno de grado, vino a darnos una noticia. Narkevic era estudiante de física en la Universidad de Virginia Occidental, donde nosotros acabábamos de comenzar nuestro primer año como profesores. Le habíamos encomendado la tarea de examinar datos de archivo sobre las Nubes de Magallanes, dos galaxias satélite de la Vía Láctea situadas a unos 200.000 años luz de nuestro planeta. Narkevic era de carácter comedido, y ese día no fue una excepción: «He descubierto algo que parece bastante interesante», dijo con tranquilidad mientras nos mostraba una gráfica. En ella, la señal era más de cien veces más intensa que el ruido debido a la electrónica del telescopio. En un principio nos pareció que había encontrado justo lo que estábamos buscando: un púlsar, un tipo de estrella muy pequeña, compacta y brillante.
Estos astros emiten luz en forma de haces que barren el cielo a medida que la estrella rota, por lo que esta parece encenderse y apagarse, al igual que un faro.
Cuanto más lejos esté la fuente de la Tierra, más electrones encontrarán las ondas de radio en su camino, lo que provocará un mayor retraso entre las ondas de frecuencias altas y bajas. Dado que no sabíamos cuán lejos podían encontrarse los nuevos púlsares que estábamos buscando, el programa examinaba los datos en busca de señales compatibles con muchos posibles retrasos; es decir, con distintas medidas de dispersión. Eso nos aseguraba que seríamos capaces de detectar púlsares en un amplio abanico de distancias.
Cuando hizo su descubrimiento, Narkevic estaba analizando observaciones efectuadas cinco años atrás por el radiotelescopio Parkes, en Australia. Este instrumento es capaz de explorar con rapidez grandes áreas del cielo gracias a que puede observar de manera simultánea 13 posiciones, denominadas en jerga «haces». 

REVISTA: Investigación y Ciencia, junio 2018, N: 501
Victoria Crespo Cruz

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