domingo, 6 de mayo de 2018

NUEVOS MEDIOS DE REPRODUCCIÓN

¿Será posible algún día utilizar células de la sangre o de la piel para obtener óvulos y espermatozoides?
En apariencia, los ratones que corretean por la jaula del laboratoria de Katsuhiko Hayashi no tienen nada de partícular: comen, duermen y retozan como los demás. Pero su origen es menos corriente. Según reveló hace dos años en "Nature" el equipo de este especialista en reproducción de la Universidad Kyushu: los ocho roedores pardos no provienen de la unión de un óvulo y un espermatozoide, sino que descienden, por línea materna, de una célula cutánea reprogramada. 

El avance, calificado de asombroso por otros investigadores, viene a materializar una idea atisbada en 1997, cuando se consiguió clonar a la oveja Dolly. Al transformar una célula mamaria de oveja en un animal en un anima vivo, los creadores de la oveja Dolly demostraron que todas las células de los mmíferos acogen los mismos genes y que la diferencia entre una célula de la mama y cualquier otra estriba en cuáles están activados y cuáles no.
Ahora, un selecto número de expertos de diversos lugares del mundo, entre ellos Hayashi, arrancan de esa base para estudiar la gametogénesis en condiciones in vitro: la creación de óvulos y espermatozoides a partir de células adutas.
Los especialistas en reproducción, además de algunas parejas que sufren probemas de esterilidad, siguen con sumo interés el trabajo de Hayashi, así como otros proyectos con roedores en los que se ha logrado reconvertir células madre en espermatozoides rudimentarios. Si se consigue trasladar estas técnicas al ser humano, tal vez en el futuro podamos sustituir los gametos defectuosos por una célula de la sangre o de la piel. Así, un hombre podría ser padre aún careciendo de espermatozoides sanos, mientras que la mujer, en vez de ver menguada su fecundidad a medida que avanza la treintena, podría contar con abundantes óvulos sanos, casi a cualquier edad, con solo donar una muestra de sangre. Por otro lado, las parejas homosexuales podrían concebir hijos que guardasen parentesco biológico con ambos miembros.
Sin embargo, pese a su atractivo, la posibilidad sigue siendo remota.


Victotia Crespo Cruz
REVISTA: Investigación y ciencia, mayo 2018, N: 500

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