miércoles, 18 de diciembre de 2019

Nuestra esperanza de la vida natural es de solo 38 años.



Los seres humanos tenemos una esperanza de vida natural de solo 38 años. Sin embargo, esta se ha alargado gracias a los avances en la medicina y a la mejora de nuestro nivel de vida.




Mujer sentada en un banco



La cifra la ha dado un grupo de científicos de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO, en inglés) que ha descubierto un método para calcular la longevidad de distintas especies analizando su ADN.

En la investigación, que ha sido publicada en Scientific Reports, se analizó cóma cambiaba el ADN de diferentes animales conforme estos iban envejeciendo . Lo que se encontró es que el cambio no era igual en todas las especies y que además estaba relacionado con la esperanza de vida. Esto es lo que se conoce como “reloj genético”: cómo cambia nuestro ADN conforme envejecemos.

Cambios en el ADN que predicen la esperanza de vida


Conforme vamos sumando años, se van produciendo una serie de cambios en nuestro ADN. La modificación más frecuente es la metilación, que es la adición de grupos químicos metilo en el ADN.

Hasta ahora, los investigadores habían venido desarrollando relojes de ADN  utilizando la metilación. Estudiándola lo que hacían era determinar la edad de un animal. Sin embargo, no se habían aventurado a usarla para predecir su esperanza de vida. La presente investigación lo ha hecho.

Para ello utilizaron 252 genomas (secuencias completas de ADN) de distintas especies de vertebrados procedentes de una base de datos en línea elaborada por otros investigadores y los compararon con otra base de datos de vida animal conocida. Los científicos se dieron cuenta de que podían estimar la vida útil de estos vertebrados observando dónde se producía la metilación del ADN en 42 genes particulares. Y no solo podían predecir la esperanza de vida de animales vivos sino también de los que se han extinguido.

¿Y para qué puede servir conocer la vida útil de los animales?


Actualmente se desconoce la vida útil de la mayoría de los animales, es decir aquella en la que las funciones biológicas se mantienen en perfecto estado. Las estimaciones existentes proceden de un número reducido de individuos que viven en cautividad y cuyas edades en el momento de morir se conocen. Cuando se trata de animales longevos, se hace complicado predecir su esperanza de vida porque pueden sobrevivir a los investigadores. Ahora, con el análisis del ADN los investigadores pueden tanto predecir la esperanza de vida de los animales longevos como la de los extintos.

En el caso de los extintos, los científicos que han participado en el presente estudio han descubierto que la vida útil de la ballena de Groenlandia, considerada el mamífero con mayor esperanza de vida del mundo, es de 268 años, 57 más de lo que se creía. También han estimado que el mamut lanudo tenía una vida útil de 60 años y la tortuga gigante de la isla Pinta, 120.

Dos especies también extintas y muy relacionadas con los seres humanos modernos son los neandertales y los denisovianos. Pues bien, para ellos, el grupo de investigación ha encontrado una esperanza de vida máxima de 37,8 años.

En opinión de los investigadores, conocer la vida útil de los animales salvajes puede ayudar a su manejo y conservación. Si además se trata de especies en peligro de extinción, conocer su esperanza de vida ayudaría a comprender qué poblaciones son viables (podrían sobrevivir).

Por último, los científicos hacen referencia al sector pesquero, que puede emplear la esperanza de vida de los animales para determinar los límites de captura.
 
             
                                                                                    Lara Iglesias Paniagua. 4ºA



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