Fue en septiembre de 2016 cuando se dio la voz de alarma con
el proyecto minero Leito 1122, que pretende implantar una mina de feldespato en
el corazón de la Sierra de Ávila, junto a dos espacios protegidos por la Red
Natura 2000, la ZEPA y la ZEC “Encinares de la Sierra de Ávila”.
Ya en 2017 se
ha tenido conocimiento de otros tres nuevos proyectos, uno en la cercana Sierra
de Yemas y dos en el valle del río Corneja. Esta nueva realidad de querer
convertir una provincia eminentemente dedicada a la ganadería extensiva y al
turismo rural por sus elevados valores ambientales en otra bien distinta,
amparada en actividades extractivas, es la que ha llevado a la construcción de
tres plataformas contra estos proyectos. La primera de ellas, la Plataforma No
a la Mina en la Sierra de Ávila, ha sido el germen para la constitución de las
otras dos en los nuevos espacios naturales que se verían afectados por estos
agresivos proyectos mineros. Se han organizado marchas y concentraciones
ciudadanas, se han realizado conferencias y reuniones y se ha invitado a
catedráticos como el geógrafo Valentín Cabero y a naturalistas de prestigio.
REVISTA: Quercus, Marzo 2018
Paula González Cividanes
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