Los melojares de Quercus pyrenaica
son formaciones arbóreas típicas del piso supramediterráneo en los páramos
palentinos, donde subsisten en forma de bosques-islas en medio de los campos
dedicados al cultivo de cereales. El carácter continental del clima retrasa a
los robles melojos, que normalmente no echan la hoja hasta bien avanzada la
primavera. Esta circunstancia es aprovechada por las plantas que ocupan el
estrato inferior, que adelantan su floración y completan el ciclo reproductivo
antes de que el melojar recupere su follaje, en un intento por aprovechar al
máximo la luz solar. El año pasado, las lluvias abundantes y las cálidas
temperaturas de finales de abril y primeros de mayo propiciaron una
espectacular floración.
REVISTA: Quercus, Abril 2018
Paula González Cividanes
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