Cuando los niños son pequeños,
desprenden una vivacidad, un nervio y una energía que parece interminable. Pero esto, a
medida que van pasando los años, vamos creciendo y haciéndonos mayores, va
desapareciendo.
Un estudio ha demostrado porque durante
la infancia somos capaces de correr, jugar... durante tanto tiempo y sin agotarnos.
Las conclusiones de este estudio, han demostrado que los
músculos infantiles tienen una gran resistencia al agotamiento y
también se recuperan del ejercicio con mucha más rapidez y facilidad, que la de los mayores.
A esta conclusión se ha llegado luego de comparar la producción de energía y recuperación muscular en un
niño y en un adulto.
En este experimento, se han realizado una serie de ejercicios
tanto aeróbicos cómo anaeróbicos. Y, tras estas sesiones los niños
superaban con bastante diferencia a los adultos.
Lo que este resultado explica, según los científicos, es que los niños utilizan con mayor frecuencia el metabolismo
aeróbico.
Este experimento se ha realizado sólo
con hombres, pero se cree que en el caso de las mujeres, pasaría exactamente lo
mismo o con variaciones muy pequeñas.
Patricia Asensio Rivera, 4º A.
Revista: Muy Interesante.
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